/ viernes 29 de abril de 2022

El Acamoto, mitos y verdades

Muchos ataques por varios sectores de la sociedad se dan en contra de la organización del Acamoto -evento anual en que diversos clubes de motociclistas se reúnen en el puerto para presumir sus motos o lucirse en ellas- pero a ciencia cierta no se sabe si está reunión de cientos de moteros deja una importante derrama económica o no. Se critica porque los motociclistas se emborrachan o se drogan en plena costera: para ser precisos, en los bares de la Condesa, cerrando además la costera Miguel Alemán para hacer sus demostraciones de manejo y piruetas en sus caballos de acero.

Se ven espectáculos de desnudos y otros no aptos para el público infantil. En muchos casos vandalizan las tiendas de conveniencia . Sucede también que al calor de los tragos o de las drogas se ven envueltos en riñas tanto los moteros como sus acompañantes y hasta batallas campales llegamos a ver con resultados trágicos. Se les desdeña por que no consumen en los restaurantes y tampoco alquilan cuartos de hotel. Que son un turismo Pambimbero.

Que ruedan sus motos alcoholizados o drogados por las avenidas más lejanas provocando accidentes fatales. En fin, muchas de estas observaciones son ciertas pero hay otras que se deben analizar; no todos son personas de escasos recursos y muchos de ellos alquilan habitaciones en hoteles de la costera.

Los restaurantes sobretodo de barra vieja y pie de la cuesta se ven atiborrados de este turismo. Fluye pues, la economía. Por lo qué en mi opinión y por las circunstancias que estamos viviendo se debe organizar mejor por la autoridad de los tres niveles de gobierno la llegada y estancia de los moteros y sus acompañantes destinarles un lugar para hacer sus suertes arriba de sus vehículo con las medidas de seguridad pertinentes que bien puede ser por el rumbo del mundo imperial.

Colocar vallas en la costera para evitar que se amontonen en los bares y apostar personal y equipo a lo largo de la Diana hasta el centro internacional Acapulco. Destacar elementos que den protección y seguridad a las tiendas de conveniencia. Hablar con los líderes de los clubes pidiendo su apoyo para mantener el orden con sus agremiados. Imponer las sanciones administrativas y hasta penales a quienes infrinjan los reglamentos y la ley.

En fin, Acapulco no está para dejar ir ningún evento que traiga turismo y dinero a los prestadores de servicios…y no se hagan, muchos que lo critican se les ve con su vaso lleno de espumeante bebida helada en los bares de la costera admirando las motos de gran cilindraje.

Muchos ataques por varios sectores de la sociedad se dan en contra de la organización del Acamoto -evento anual en que diversos clubes de motociclistas se reúnen en el puerto para presumir sus motos o lucirse en ellas- pero a ciencia cierta no se sabe si está reunión de cientos de moteros deja una importante derrama económica o no. Se critica porque los motociclistas se emborrachan o se drogan en plena costera: para ser precisos, en los bares de la Condesa, cerrando además la costera Miguel Alemán para hacer sus demostraciones de manejo y piruetas en sus caballos de acero.

Se ven espectáculos de desnudos y otros no aptos para el público infantil. En muchos casos vandalizan las tiendas de conveniencia . Sucede también que al calor de los tragos o de las drogas se ven envueltos en riñas tanto los moteros como sus acompañantes y hasta batallas campales llegamos a ver con resultados trágicos. Se les desdeña por que no consumen en los restaurantes y tampoco alquilan cuartos de hotel. Que son un turismo Pambimbero.

Que ruedan sus motos alcoholizados o drogados por las avenidas más lejanas provocando accidentes fatales. En fin, muchas de estas observaciones son ciertas pero hay otras que se deben analizar; no todos son personas de escasos recursos y muchos de ellos alquilan habitaciones en hoteles de la costera.

Los restaurantes sobretodo de barra vieja y pie de la cuesta se ven atiborrados de este turismo. Fluye pues, la economía. Por lo qué en mi opinión y por las circunstancias que estamos viviendo se debe organizar mejor por la autoridad de los tres niveles de gobierno la llegada y estancia de los moteros y sus acompañantes destinarles un lugar para hacer sus suertes arriba de sus vehículo con las medidas de seguridad pertinentes que bien puede ser por el rumbo del mundo imperial.

Colocar vallas en la costera para evitar que se amontonen en los bares y apostar personal y equipo a lo largo de la Diana hasta el centro internacional Acapulco. Destacar elementos que den protección y seguridad a las tiendas de conveniencia. Hablar con los líderes de los clubes pidiendo su apoyo para mantener el orden con sus agremiados. Imponer las sanciones administrativas y hasta penales a quienes infrinjan los reglamentos y la ley.

En fin, Acapulco no está para dejar ir ningún evento que traiga turismo y dinero a los prestadores de servicios…y no se hagan, muchos que lo critican se les ve con su vaso lleno de espumeante bebida helada en los bares de la costera admirando las motos de gran cilindraje.