/ martes 27 de octubre de 2020

Educación, gran prueba

El tiempo permite observar con claridad si los análisis formulados tienen certeza, ayuda, o equivocación. Y uno de los temas, además del de Salud y economía, que tienen interés social, es el de la educación.

Las decisiones de las políticas públicas que enmarcan el ejercicio ciudadano no son tomadas por el gran colectivo, sino por quien determinó la mayoría en las urnas como su representante donde el voto gana y determina. Por lo tanto recae en ellos el concepto de responsabilidad y en la sociedad el análisis de sus decisiones, claro, mientras no se elimine de las garantías individuales.

A quien se engaña cuando no se toman en cuenta factores que posibiliten el éxito de un programa?, cuando la práctica nos dice qué hay factores que limitan el desarrollo de un programa educativo? Cuando no se escucha a todas las voces para considerar su experiencia y obtener mejores resultados en una encomienda tan importante como la educativa?.

El INAI, Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, está pidiendo a la SEP, Secretaría de Educación Pública, de a conocer el resultado de las evaluaciones que el CONEVAL, Consejo Nacional de Evaluación de la Política y Desarrollo Social, aplicó a sus programas en 2019.

Si la resistencia en dar a conocer los resultados de ese ciclo escolar es evidente, sin duda al ciclo escolar en funciones, 2020-2021 estaría en el riesgo social de ser encapsulado, como la información del Nuevo Aeropuerto de Santa Lucía que fue cerrado su conocimiento hasta dentro de 5 años, y que no tiene más propósito que dejar que el polvo los cubra con el olvido y no genere ruido electoral.

Evidentemente el ciclo escolar 2019-2020 es un indicativo importante para conocer como todo el sector educativo, involucrados Madres y Padres de Familia, asumimos el compromiso de sacar adelante el primer impacto que la crisis sanitaria por COVID 19 dejó en ese sector. Desconocerlo no ayuda a diseñar nuevas formas, crear nuevas alternativas con un objetivo común que ayude en el ciclo que está en ejercicio y del que ya se ha hablado de su impacto, de las desigualdades en la sociedad, de las características propias que cada región, ya no digamos Estado, requiere.

Pero parece qué hay una indicación que conduce a las y los responsables de los programas todos, incluido el Educativo, a guardar silencio, a esconder la información, como si ello generara en automático el olvido y el perdón.

Si en un tema como el de educación no se hace y se informa de la evaluación, no sabremos en lo inmediato, de forma oficial, lo que está sucediendo en los otros dos grandes temas que ocupan y preocupan a la sociedad: el de la pandemia y el de la economía.

Parece que la sociedad debe buscar por sí misma, a pesar de sus representantes populares, la solución a lo que vive. Esperando que en algún momento reaccionen y se tomen mejores decisiones que ayuden y no que mengüen el derecho inalienable de ser atendidos como seres humanos. Surrealismo?

El tiempo permite observar con claridad si los análisis formulados tienen certeza, ayuda, o equivocación. Y uno de los temas, además del de Salud y economía, que tienen interés social, es el de la educación.

Las decisiones de las políticas públicas que enmarcan el ejercicio ciudadano no son tomadas por el gran colectivo, sino por quien determinó la mayoría en las urnas como su representante donde el voto gana y determina. Por lo tanto recae en ellos el concepto de responsabilidad y en la sociedad el análisis de sus decisiones, claro, mientras no se elimine de las garantías individuales.

A quien se engaña cuando no se toman en cuenta factores que posibiliten el éxito de un programa?, cuando la práctica nos dice qué hay factores que limitan el desarrollo de un programa educativo? Cuando no se escucha a todas las voces para considerar su experiencia y obtener mejores resultados en una encomienda tan importante como la educativa?.

El INAI, Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, está pidiendo a la SEP, Secretaría de Educación Pública, de a conocer el resultado de las evaluaciones que el CONEVAL, Consejo Nacional de Evaluación de la Política y Desarrollo Social, aplicó a sus programas en 2019.

Si la resistencia en dar a conocer los resultados de ese ciclo escolar es evidente, sin duda al ciclo escolar en funciones, 2020-2021 estaría en el riesgo social de ser encapsulado, como la información del Nuevo Aeropuerto de Santa Lucía que fue cerrado su conocimiento hasta dentro de 5 años, y que no tiene más propósito que dejar que el polvo los cubra con el olvido y no genere ruido electoral.

Evidentemente el ciclo escolar 2019-2020 es un indicativo importante para conocer como todo el sector educativo, involucrados Madres y Padres de Familia, asumimos el compromiso de sacar adelante el primer impacto que la crisis sanitaria por COVID 19 dejó en ese sector. Desconocerlo no ayuda a diseñar nuevas formas, crear nuevas alternativas con un objetivo común que ayude en el ciclo que está en ejercicio y del que ya se ha hablado de su impacto, de las desigualdades en la sociedad, de las características propias que cada región, ya no digamos Estado, requiere.

Pero parece qué hay una indicación que conduce a las y los responsables de los programas todos, incluido el Educativo, a guardar silencio, a esconder la información, como si ello generara en automático el olvido y el perdón.

Si en un tema como el de educación no se hace y se informa de la evaluación, no sabremos en lo inmediato, de forma oficial, lo que está sucediendo en los otros dos grandes temas que ocupan y preocupan a la sociedad: el de la pandemia y el de la economía.

Parece que la sociedad debe buscar por sí misma, a pesar de sus representantes populares, la solución a lo que vive. Esperando que en algún momento reaccionen y se tomen mejores decisiones que ayuden y no que mengüen el derecho inalienable de ser atendidos como seres humanos. Surrealismo?