/ domingo 21 de junio de 2020

Discriminación

Si hay algo que ha menguado la calidad humana, es la discriminación. Esta condición se alimenta lamentablemente al segregar de un entorno a una persona, o grupos, y las formas de hacerlo son abiertas y sutiles y los sectores vulnerables han sido víctima constante de ello. Quienes han salido victoriosos han combatido con denuedo para mostrar a la sociedad que debemos cambiar las formas de percibir nuestro entorno.

En el año 2000 en busca del voto del electorado se presentaron cuatro candidatos: Vicente Fox, que alcanzó el 42.52% de los votos, Francisco Labastida, con el 36.11%, Cuauhtémoc Cárdenas con el 16.64% y Gilberto Rincón Gallardo con el 1.58%. las campañas impulsaron dos rutas discursivas: el cambio y la no discriminación. Ganó el primero.

Atribuyen a Nelson Mandela, ex Presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz, y quien luchara por la igualdad racial y combatió el apartheid, término del régimen impuesto por un grupo de población de piel blanca hacia el pueblo mayoritariamente compuesto de raza afro, la historia de convocar a un comensal a tomar sus alimentos en su mesa cuando salió con su escolta, siendo Presidente, a comer al centro de su ciudad. Dicen que el sujeto temblaba y al terminar sus alimentos y retirarse atribuyeron al temblor una enfermedad y el Presidente habría dicho que no era así, sino que había sido uno de sus más duros carcelarios y su temblor obedecía al miedo a ser tratado igual.

Las formas de discriminación son diversas y aún presentes. Van desde hacerlo por el color de la piel, por género, por preferencia sexual, por no ser citadino, pertenecer a una étnia, por el poder que aplica un organigrama y hace de las jerarquías subordinación, la no coincidencia de ideas, entre otros.

Quien las aplica suele hacerlo desde una posición que considera de dominación y la hace permisible. Y las formas que han destacado van desde la agresión física, verbal, hacer menos a la persona o hasta ignorarla.

En Abril 29 de 2003 se impulsó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación en nuestro País que dio paso al CONAPRED, Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación. La propuesta de don Gilberto Rincón Gallardo que llevó a esferas internacional, como encabezar la Delegación Oficial de México en la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se realizó en Durban, Sudáfrica en 2001, donde presentó a la ONU una iniciativa para formular una Convención Internacional para los Derechos de las personas con Discapacidad, y primero en encabezar el PRONAPED, para visibilizar y atender e integrar armoniosamente a la sociedad, parece que ha terminado. Esta semana, el Presidente de México ha anunciado que las funciones del CONAPRED serán absorbidas por la Secretaria de Gobernación.

A primera vista parece un retroceso. Un impulso que viene desde un personaje auténtico de la izquierda del país, está envuelto en una polémica donde el perdón no existe, las formas de inclusión no se trabajan, se apuesta por la división y se genera odio.

Todo indica que el impulso de una conducta de igualdad inicia desde dentro de la propia persona, y no obedece sino al desarrollo de la consciencia que debe construirse también desde el poder.


Si hay algo que ha menguado la calidad humana, es la discriminación. Esta condición se alimenta lamentablemente al segregar de un entorno a una persona, o grupos, y las formas de hacerlo son abiertas y sutiles y los sectores vulnerables han sido víctima constante de ello. Quienes han salido victoriosos han combatido con denuedo para mostrar a la sociedad que debemos cambiar las formas de percibir nuestro entorno.

En el año 2000 en busca del voto del electorado se presentaron cuatro candidatos: Vicente Fox, que alcanzó el 42.52% de los votos, Francisco Labastida, con el 36.11%, Cuauhtémoc Cárdenas con el 16.64% y Gilberto Rincón Gallardo con el 1.58%. las campañas impulsaron dos rutas discursivas: el cambio y la no discriminación. Ganó el primero.

Atribuyen a Nelson Mandela, ex Presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz, y quien luchara por la igualdad racial y combatió el apartheid, término del régimen impuesto por un grupo de población de piel blanca hacia el pueblo mayoritariamente compuesto de raza afro, la historia de convocar a un comensal a tomar sus alimentos en su mesa cuando salió con su escolta, siendo Presidente, a comer al centro de su ciudad. Dicen que el sujeto temblaba y al terminar sus alimentos y retirarse atribuyeron al temblor una enfermedad y el Presidente habría dicho que no era así, sino que había sido uno de sus más duros carcelarios y su temblor obedecía al miedo a ser tratado igual.

Las formas de discriminación son diversas y aún presentes. Van desde hacerlo por el color de la piel, por género, por preferencia sexual, por no ser citadino, pertenecer a una étnia, por el poder que aplica un organigrama y hace de las jerarquías subordinación, la no coincidencia de ideas, entre otros.

Quien las aplica suele hacerlo desde una posición que considera de dominación y la hace permisible. Y las formas que han destacado van desde la agresión física, verbal, hacer menos a la persona o hasta ignorarla.

En Abril 29 de 2003 se impulsó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación en nuestro País que dio paso al CONAPRED, Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación. La propuesta de don Gilberto Rincón Gallardo que llevó a esferas internacional, como encabezar la Delegación Oficial de México en la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se realizó en Durban, Sudáfrica en 2001, donde presentó a la ONU una iniciativa para formular una Convención Internacional para los Derechos de las personas con Discapacidad, y primero en encabezar el PRONAPED, para visibilizar y atender e integrar armoniosamente a la sociedad, parece que ha terminado. Esta semana, el Presidente de México ha anunciado que las funciones del CONAPRED serán absorbidas por la Secretaria de Gobernación.

A primera vista parece un retroceso. Un impulso que viene desde un personaje auténtico de la izquierda del país, está envuelto en una polémica donde el perdón no existe, las formas de inclusión no se trabajan, se apuesta por la división y se genera odio.

Todo indica que el impulso de una conducta de igualdad inicia desde dentro de la propia persona, y no obedece sino al desarrollo de la consciencia que debe construirse también desde el poder.