/ lunes 31 de agosto de 2020

Día del Burócrata ¿qué celebrar?

La falta de compra de los “cachitos” de la Lotería Nacional puso en evidencia la relevancia de contar con un grupo de trabajadores que, bajo el sometimiento de la nómina, se convirtieron en sujetos pasivos de la colocación de las series que tiene doble discurso y un engaño.

Aunque no solo quienes están considerados trabajadores al servicio del gobierno federal han sido parte del número al que le aplicaron el ejercicio de poder. En plena emergencia del país por una pandemia, y con afectaciones por lluvia, ni que decir de la tarea de seguridad a la que han dado ya marco legal para andar en calles, elementos del Ejército Mexicano sumaron otra atribución a su labor al servicio de la patria: venden cachitos también. Aunque no de la patria, sino de la Lotería Nacional.

Pero dije doble discurso. Uno de ellos es el gancho social. Lo recabado por la venta de boletos de la Lotería Nacional en su juego de fecha 15 de septiembre de 2020, estaría destinado, a decir del Presidente de México, a la compra de medicinas para dotar a los hospitales del país de este insumo que, la verdad, considero es una atribución del Gobierno realizar. El segundo. Considerar que la venta tiene como premio 20 millones de pesos.

El engaño: que nos ofrecen un avión, que no se entregará, que no se ha vendido y que, no es propiedad completa del Gobierno. Pero que al representar un elemento visible -por su tamaño físico- y un elemento de grandiosidad de poder -por su acondicionamiento- y relacionado con la corrupción, se hace creer que deshacerse de él -que no será en la rifa- es la mejor forma de desaparecer un acto del pasado, innecesario y frívolo.

Luego entonces los trabajadores del gobierno se han convertido en número necesario para alcanzar la meta, luego de que la población no salió en forma masiva a realizar la compra de lo que parece engaño, porque dice avión, se promueve como avión, pero no se entregará el avión, sino un premio dividido en…cachitos, de un tema que planteó el Presidente AMLO el 17 de junio del año pasado -2019- de rifar el Boing 787 con placas XC-MEX. Que retomó el 17 de enero del año en curso y que forma parte de una de sus promesas de campaña.

Y ahora, que tenemos la celebración del Día del Burócrata que desde la pandemia ha sido vulnerado en sus derechos al tener que usar su propio equipo, sus propias herramientas como casa, internet, etc., que si va a la oficina tiene que usar un equipo compartido o comprar el que usa. Que tiene que “ser solidario” y comprar un cachito para la rifa del avión sin avión, y que será rasurado en su aguinaldo. Que celebra?

Hasta ahora parece que no se le ha visto en el potencial que representan sus conocimientos que constituyen la base de la estructura del gobierno. Una base que está protegida por la ley, no solo nacional sino internacional, y que en estas fechas era reconocido con aumentos a sus prestaciones laborales. Y parece que se ha olvidado la fuerza que constituyen si se moviliza para defenderse, si se despierta en defensa de lo que aún le queda: sus conocimientos. Surrealismo?.


La falta de compra de los “cachitos” de la Lotería Nacional puso en evidencia la relevancia de contar con un grupo de trabajadores que, bajo el sometimiento de la nómina, se convirtieron en sujetos pasivos de la colocación de las series que tiene doble discurso y un engaño.

Aunque no solo quienes están considerados trabajadores al servicio del gobierno federal han sido parte del número al que le aplicaron el ejercicio de poder. En plena emergencia del país por una pandemia, y con afectaciones por lluvia, ni que decir de la tarea de seguridad a la que han dado ya marco legal para andar en calles, elementos del Ejército Mexicano sumaron otra atribución a su labor al servicio de la patria: venden cachitos también. Aunque no de la patria, sino de la Lotería Nacional.

Pero dije doble discurso. Uno de ellos es el gancho social. Lo recabado por la venta de boletos de la Lotería Nacional en su juego de fecha 15 de septiembre de 2020, estaría destinado, a decir del Presidente de México, a la compra de medicinas para dotar a los hospitales del país de este insumo que, la verdad, considero es una atribución del Gobierno realizar. El segundo. Considerar que la venta tiene como premio 20 millones de pesos.

El engaño: que nos ofrecen un avión, que no se entregará, que no se ha vendido y que, no es propiedad completa del Gobierno. Pero que al representar un elemento visible -por su tamaño físico- y un elemento de grandiosidad de poder -por su acondicionamiento- y relacionado con la corrupción, se hace creer que deshacerse de él -que no será en la rifa- es la mejor forma de desaparecer un acto del pasado, innecesario y frívolo.

Luego entonces los trabajadores del gobierno se han convertido en número necesario para alcanzar la meta, luego de que la población no salió en forma masiva a realizar la compra de lo que parece engaño, porque dice avión, se promueve como avión, pero no se entregará el avión, sino un premio dividido en…cachitos, de un tema que planteó el Presidente AMLO el 17 de junio del año pasado -2019- de rifar el Boing 787 con placas XC-MEX. Que retomó el 17 de enero del año en curso y que forma parte de una de sus promesas de campaña.

Y ahora, que tenemos la celebración del Día del Burócrata que desde la pandemia ha sido vulnerado en sus derechos al tener que usar su propio equipo, sus propias herramientas como casa, internet, etc., que si va a la oficina tiene que usar un equipo compartido o comprar el que usa. Que tiene que “ser solidario” y comprar un cachito para la rifa del avión sin avión, y que será rasurado en su aguinaldo. Que celebra?

Hasta ahora parece que no se le ha visto en el potencial que representan sus conocimientos que constituyen la base de la estructura del gobierno. Una base que está protegida por la ley, no solo nacional sino internacional, y que en estas fechas era reconocido con aumentos a sus prestaciones laborales. Y parece que se ha olvidado la fuerza que constituyen si se moviliza para defenderse, si se despierta en defensa de lo que aún le queda: sus conocimientos. Surrealismo?.