/ miércoles 13 de mayo de 2020

Día de las madres en crisis de Covid-19

No podemos revisar la historia del mundo sin detenernos a repasar el papel que las mujeres han realizado en su construcción. Si partimos del principio creador encontramos en Eva la figura materna que pobló la existencia mortal, en Sara-Rivcka-Rakel-Lea, la figura de la promesa de DIOS en el Judaísmo; como Hagar para los Musulmanes; María para el Cristianismo. Las figuras de las mujeres guerreras, sabias, bellas, las madres, abuelas de los pueblos indígenas que, como ellas, lograron comprender e impulsar la presencia masculina de los liderazgos, fundaron grandes pueblos y crearon grandes ideales.

La historia de la lucha de las mujeres incorporadas en época de guerra a la actividad productiva para sostener esa cadena vital para el desarrollo. Las que impulsaron el pensamiento feminista y se convirtieron en Madres que nutrieron nuevas luchas. Las mujeres que hicieron de las cocinas no solo la subsistencia. Que hicieron de una sopa, un caldito de pollo, un platillo, la posibilidad de nutrir el espíritu alimentando al mismo tiempo el paladar y el recuerdo, reconfortando la esperanza.

Las mujeres que cambiaron la historia, que impulsaron la modificación de las constituciones, que humanizaron la política, que mostraron la belleza del pensamiento en forma de novelas o poesía, discursos, etc.; que tejieron los mejores abrigos para el frío y sirvieron los mejores helados para el calor. Que salieron a trabajar y combinaron siempre, siempre, resolver los interminables “asuntos domésticos” de los que no las liberó ningún feminismo luchando aún por la participación comprometida y solidaria, y ser Jefas de Familia liderando la construcción de nuevas vidas.

Las mujeres – madres que salieron a hacer realidad sus sueños. Que creyeron en que podrían ser mejores sus hij@s y buscaron cambiar los contextos de crecimiento, reduciendo a veces su porción de alimento para colocarlo en los platos de sus hij@s; que gustosas dejaron de comprarse una prenda de vestir o un calzado para observar nuevas prendas en sus hij@s, las que robaron horas al sueño, las que se sentaron para estudiar con sus vástagos y repitieron, según el número de sus hij@s, varias veces la primaria, la secundaria, preparatoria y conocieron la modificación de los programas de estudio a partir de las tareas. Que inspiraron. Que fortalecieron.

Ahora, esas mujeres – madres están dando una de las mejores enseñanzas de cómo enfrentar la crisis en la realidad. Que están pidiendo a sus hij@s no acudir a saludarlas físicamente, y hacer esa distancia física importante para preservar la vida.

Tod@s tendremos grandes historias de este lapso cuando el mundo tuvo un tema común: preservar la existencia humana. Cuando el mundo se midió a sí mismo según los liderazgos para enfrentar cada cual la crisis sanitaria, cuando recordemos el tiempo de la crisis económica, las formas, las palabras, los dichos. Marcas todas que quedarán grabadas en la historia misma.

Y al traer las hazañas de nuestras Mamás en ésta etapa, y reconocer a las hermanas, amigas, a las Madres Presentes, a las Ausentes físicamente, por su contribución a nuestra formación, al darles las gracias desde lo más profundo de nuestro corazón, donde aún se preserva la nobleza humana, citar la expresión de mi Madre al pedirnos no acudir a verla “no es por falta de amor, es por amor, porque lo más importante es que estén ustedes y su familia bien, y nosotras también”. Felicidades Mamá Esperanza, Lulú, Nora, Mayte, Yeri, Megy, Gladys, Faty, Claudia; Felicidades Magda, Yola, Mary. Un recuerdo a mi suegra Berthita DEP, a Doña Mary y a Doña Teyita, Descansen en paz. Un abrazo desde mi espíritu a ellas y todas ustedes. DIOS nos haga caminar sin que la plaga se acerque a nuestros hogares –Salmo 91- y como les he dicho a tod@s, si morimos, muramos en paz.

No podemos revisar la historia del mundo sin detenernos a repasar el papel que las mujeres han realizado en su construcción. Si partimos del principio creador encontramos en Eva la figura materna que pobló la existencia mortal, en Sara-Rivcka-Rakel-Lea, la figura de la promesa de DIOS en el Judaísmo; como Hagar para los Musulmanes; María para el Cristianismo. Las figuras de las mujeres guerreras, sabias, bellas, las madres, abuelas de los pueblos indígenas que, como ellas, lograron comprender e impulsar la presencia masculina de los liderazgos, fundaron grandes pueblos y crearon grandes ideales.

La historia de la lucha de las mujeres incorporadas en época de guerra a la actividad productiva para sostener esa cadena vital para el desarrollo. Las que impulsaron el pensamiento feminista y se convirtieron en Madres que nutrieron nuevas luchas. Las mujeres que hicieron de las cocinas no solo la subsistencia. Que hicieron de una sopa, un caldito de pollo, un platillo, la posibilidad de nutrir el espíritu alimentando al mismo tiempo el paladar y el recuerdo, reconfortando la esperanza.

Las mujeres que cambiaron la historia, que impulsaron la modificación de las constituciones, que humanizaron la política, que mostraron la belleza del pensamiento en forma de novelas o poesía, discursos, etc.; que tejieron los mejores abrigos para el frío y sirvieron los mejores helados para el calor. Que salieron a trabajar y combinaron siempre, siempre, resolver los interminables “asuntos domésticos” de los que no las liberó ningún feminismo luchando aún por la participación comprometida y solidaria, y ser Jefas de Familia liderando la construcción de nuevas vidas.

Las mujeres – madres que salieron a hacer realidad sus sueños. Que creyeron en que podrían ser mejores sus hij@s y buscaron cambiar los contextos de crecimiento, reduciendo a veces su porción de alimento para colocarlo en los platos de sus hij@s; que gustosas dejaron de comprarse una prenda de vestir o un calzado para observar nuevas prendas en sus hij@s, las que robaron horas al sueño, las que se sentaron para estudiar con sus vástagos y repitieron, según el número de sus hij@s, varias veces la primaria, la secundaria, preparatoria y conocieron la modificación de los programas de estudio a partir de las tareas. Que inspiraron. Que fortalecieron.

Ahora, esas mujeres – madres están dando una de las mejores enseñanzas de cómo enfrentar la crisis en la realidad. Que están pidiendo a sus hij@s no acudir a saludarlas físicamente, y hacer esa distancia física importante para preservar la vida.

Tod@s tendremos grandes historias de este lapso cuando el mundo tuvo un tema común: preservar la existencia humana. Cuando el mundo se midió a sí mismo según los liderazgos para enfrentar cada cual la crisis sanitaria, cuando recordemos el tiempo de la crisis económica, las formas, las palabras, los dichos. Marcas todas que quedarán grabadas en la historia misma.

Y al traer las hazañas de nuestras Mamás en ésta etapa, y reconocer a las hermanas, amigas, a las Madres Presentes, a las Ausentes físicamente, por su contribución a nuestra formación, al darles las gracias desde lo más profundo de nuestro corazón, donde aún se preserva la nobleza humana, citar la expresión de mi Madre al pedirnos no acudir a verla “no es por falta de amor, es por amor, porque lo más importante es que estén ustedes y su familia bien, y nosotras también”. Felicidades Mamá Esperanza, Lulú, Nora, Mayte, Yeri, Megy, Gladys, Faty, Claudia; Felicidades Magda, Yola, Mary. Un recuerdo a mi suegra Berthita DEP, a Doña Mary y a Doña Teyita, Descansen en paz. Un abrazo desde mi espíritu a ellas y todas ustedes. DIOS nos haga caminar sin que la plaga se acerque a nuestros hogares –Salmo 91- y como les he dicho a tod@s, si morimos, muramos en paz.