/ jueves 22 de noviembre de 2018

Del olvido...

El término olvido es de uso constante, inveterado y general, o sea, una costumbre del ser humano cuando pierde el interés por algo o alguien y que el tumbaburros nos explica cómo, (entre otros) la omisión o negligencia de algo que se debía de hacer o tener presente.

En la especie es lamentable tener que observar el olvido cívico que la población mexicana ha hecho del aniversario (centésimo octavo), del inicio de la Revolución Mexicana de un día como antes de ayer, 20 de Noviembre, pero de 1910.

Salvo los desfiles deportivos que oficialmente se celebran y ahora con la absurda idea de los inoperantes “fines de semana largos”, se han perdido las fechas verdaderas de los eventos a recordar y resultan “feriados” los días que no nos dicen nada, y es como se están perdiendo, en la memoria colectiva, las efemérides de los eventos trascendentales que nos distinguen como nación.

Existen libros de historia, novelas, cuentos, obras de teatro, poemas, películas, canciones, dibujos, pinturas, monumentos, música sinfónica, corridos, edificios, Universidades y museos, sin perjuicio de leyendas y anécdotas que por miles pululan en el seno de las familias de este país, entre otras, que nos hablan de la Revolución Mexicana tanto de los beligerantes, como de los otros protagonistas que de alguna manera participaron en ella, viviendo sus consecuencias, mediatas e inmediatas, formando todo la Historia Patria.

Movimiento éste que se entiende, se comprende, se explica y se justifica, como un movimiento que tuvo como fin final, el terminar con la dictadura evidente de Porfirio Díaz, así como darle al país una perspectiva más democrática y participativa.

Lamentablemente el curso de los acontecimientos hizo que surgiera una contra-revolución que con altas y bajas ha llevado al país al estado en que actualmente se encuentra. Se usó y abusó del término Revolución ad nauseam, de tal suerte que el pueblo lo identificó con el gobierno el cual, al no haber dado los resultados apetecibles, hizo que la gente buscara un imprescindible cambio, es así que actualmente se habla de una 4ª. transformación, considerando a la Guerra de Independencia, a la Guerra de Reforma, a la Revolución Mexicana y va por lo que se espera del nuevo gobierno que está en ciernes. Nosotros creemos que básicamente la Historia de México está en sus Constituciones, (la de Apatzingán de 1814, por solo estar vigente en el territorio insurgente, no se considera la 1ª.), la federalista de 1824, la liberal de 1857 y la de los derechos sociales de 1917 y a pesar de sus absurdas reformas y adiciones, hechas a modo de las políticas sexenales, es por ahí en donde se deben reestructurar las bases de lo que podríamos llamar la 4ª. transformación. O usted, optimista lector, ¿Qué opina?


El término olvido es de uso constante, inveterado y general, o sea, una costumbre del ser humano cuando pierde el interés por algo o alguien y que el tumbaburros nos explica cómo, (entre otros) la omisión o negligencia de algo que se debía de hacer o tener presente.

En la especie es lamentable tener que observar el olvido cívico que la población mexicana ha hecho del aniversario (centésimo octavo), del inicio de la Revolución Mexicana de un día como antes de ayer, 20 de Noviembre, pero de 1910.

Salvo los desfiles deportivos que oficialmente se celebran y ahora con la absurda idea de los inoperantes “fines de semana largos”, se han perdido las fechas verdaderas de los eventos a recordar y resultan “feriados” los días que no nos dicen nada, y es como se están perdiendo, en la memoria colectiva, las efemérides de los eventos trascendentales que nos distinguen como nación.

Existen libros de historia, novelas, cuentos, obras de teatro, poemas, películas, canciones, dibujos, pinturas, monumentos, música sinfónica, corridos, edificios, Universidades y museos, sin perjuicio de leyendas y anécdotas que por miles pululan en el seno de las familias de este país, entre otras, que nos hablan de la Revolución Mexicana tanto de los beligerantes, como de los otros protagonistas que de alguna manera participaron en ella, viviendo sus consecuencias, mediatas e inmediatas, formando todo la Historia Patria.

Movimiento éste que se entiende, se comprende, se explica y se justifica, como un movimiento que tuvo como fin final, el terminar con la dictadura evidente de Porfirio Díaz, así como darle al país una perspectiva más democrática y participativa.

Lamentablemente el curso de los acontecimientos hizo que surgiera una contra-revolución que con altas y bajas ha llevado al país al estado en que actualmente se encuentra. Se usó y abusó del término Revolución ad nauseam, de tal suerte que el pueblo lo identificó con el gobierno el cual, al no haber dado los resultados apetecibles, hizo que la gente buscara un imprescindible cambio, es así que actualmente se habla de una 4ª. transformación, considerando a la Guerra de Independencia, a la Guerra de Reforma, a la Revolución Mexicana y va por lo que se espera del nuevo gobierno que está en ciernes. Nosotros creemos que básicamente la Historia de México está en sus Constituciones, (la de Apatzingán de 1814, por solo estar vigente en el territorio insurgente, no se considera la 1ª.), la federalista de 1824, la liberal de 1857 y la de los derechos sociales de 1917 y a pesar de sus absurdas reformas y adiciones, hechas a modo de las políticas sexenales, es por ahí en donde se deben reestructurar las bases de lo que podríamos llamar la 4ª. transformación. O usted, optimista lector, ¿Qué opina?