/ viernes 15 de febrero de 2019

Del compromiso…

Todos sabemos lo que es un compromiso, entendido como un acuerdo obtenido mediante concesiones recíprocas, y que podemos actualizarlo en la forma de los contratos, los cuales son la fuente de las obligaciones, aun cuando muchos no lo respetan.

Es el caso que el actual titular del Ejecutivo Federal, durante su campaña electoral hizo muchas promesas y, en consecuencia, muchos compromisos con los votantes y en la especie, uno de los mas sobresalientes fue atacar de frente a la corrupción y a su consecuente impunidad, cosa que culminó con el triunfo que lo llevó a la presidencia de la República con el sufragio de mas de 30 millones de mexicanos.

Es el caso que una vez detentando el poder, ha sido congruente con su promesa y su compromiso al respecto y ha implementado una serie de acciones y medidas tendentes a su logro.

Sin embargo , en la especie, no recuerdo que al inicio de un período presidencial haya habido tantas críticas, censuras , denostaciones y descalificaciones por las medidas adoptadas para atacar el flagelo de la corrupción y de la impunidad que han sentado sus reales en nuestro país, desde tiempo inmemorial, salvo en el caso del inicio del gobierno de Don Adolfo Ruiz Cortines por sus medidas de austeridad implementadas para contrarrestar las prácticas corruptas que se le adjudicaban al régimen anterior

En efecto, la corrupción, que es un mal que ataca al ser humano desde todos los tiempos y lugares, ha sido parte de nuestra realidad desde la época de la conquista de este país y durante el virreinato con la venta de los cargos públicos y que los titulares tenían que resarcirse de su gasto, así como el contrabando en las mercaderías que venían en el Galeón de Manila y que iban dejando en varios puntos de las costas antes de llegar a Acapulco, por decir algo, pero no solo aquí, ya que uno de tantos ejemplos lo tenemos en un clásico como Alexis de Tocqueville, quien en su obra cumbre La Democracia en América nos relata sus observaciones muy agudas y explícitas sobre esta forma de gobierno implantado en los EUA, que describe con profundidad y en la cual nos habla de la corrupción en ese país, como un elemento fundamental en el manejo de la cosa pública.

En nuestro caso, es explicable que aquellos que se ven señalados por actos de corrupción y en función de ello, el fin de sus actos punibles, tengan que rasgarse las vestiduras y atacar con todo lo que tienen estas medidas que la gran mayoría del pueblo mexicano comparte, y precisamente por eso votó y no creo que exista en este país alguien que esté a favor de la corrupción y la impunidad ( salvo los corruptos), sin perjuicio de que el presidente ha reiterado, ad nauseam, que en algunos casos no se trata de ilegalidad, sino de moralidad de parte de los infractores.


Todos sabemos lo que es un compromiso, entendido como un acuerdo obtenido mediante concesiones recíprocas, y que podemos actualizarlo en la forma de los contratos, los cuales son la fuente de las obligaciones, aun cuando muchos no lo respetan.

Es el caso que el actual titular del Ejecutivo Federal, durante su campaña electoral hizo muchas promesas y, en consecuencia, muchos compromisos con los votantes y en la especie, uno de los mas sobresalientes fue atacar de frente a la corrupción y a su consecuente impunidad, cosa que culminó con el triunfo que lo llevó a la presidencia de la República con el sufragio de mas de 30 millones de mexicanos.

Es el caso que una vez detentando el poder, ha sido congruente con su promesa y su compromiso al respecto y ha implementado una serie de acciones y medidas tendentes a su logro.

Sin embargo , en la especie, no recuerdo que al inicio de un período presidencial haya habido tantas críticas, censuras , denostaciones y descalificaciones por las medidas adoptadas para atacar el flagelo de la corrupción y de la impunidad que han sentado sus reales en nuestro país, desde tiempo inmemorial, salvo en el caso del inicio del gobierno de Don Adolfo Ruiz Cortines por sus medidas de austeridad implementadas para contrarrestar las prácticas corruptas que se le adjudicaban al régimen anterior

En efecto, la corrupción, que es un mal que ataca al ser humano desde todos los tiempos y lugares, ha sido parte de nuestra realidad desde la época de la conquista de este país y durante el virreinato con la venta de los cargos públicos y que los titulares tenían que resarcirse de su gasto, así como el contrabando en las mercaderías que venían en el Galeón de Manila y que iban dejando en varios puntos de las costas antes de llegar a Acapulco, por decir algo, pero no solo aquí, ya que uno de tantos ejemplos lo tenemos en un clásico como Alexis de Tocqueville, quien en su obra cumbre La Democracia en América nos relata sus observaciones muy agudas y explícitas sobre esta forma de gobierno implantado en los EUA, que describe con profundidad y en la cual nos habla de la corrupción en ese país, como un elemento fundamental en el manejo de la cosa pública.

En nuestro caso, es explicable que aquellos que se ven señalados por actos de corrupción y en función de ello, el fin de sus actos punibles, tengan que rasgarse las vestiduras y atacar con todo lo que tienen estas medidas que la gran mayoría del pueblo mexicano comparte, y precisamente por eso votó y no creo que exista en este país alguien que esté a favor de la corrupción y la impunidad ( salvo los corruptos), sin perjuicio de que el presidente ha reiterado, ad nauseam, que en algunos casos no se trata de ilegalidad, sino de moralidad de parte de los infractores.