/ jueves 1 de agosto de 2019

Del Centro de Convenciones…

En entrega anterior tocamos algunos puntos fundacionales de nuestro Centro de Convenciones (ahora CIA) y para efectos de continuidad, habida cuenta de que el tema es muy vasto, aportaremos algunos comentarios al mismo.

En nuestro país tenemos garantizados constitucionalmente los derechos de manifestación de las ideas, con las limitantes de no atacar la moral, la vida privada o los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público (…) el derecho a recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión ( Art. 6º.); (…) de libertad de difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio (Art. 7º.); derecho de petición ante funcionarios y empleados públicos, por escrito, de manera pacífica y respetuosa (Art.8º.); el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta( Art. 9º.).

A guisa de aclaración o recordatorio, en su caso, los primeros nueve artículos de nuestra Constitución se escriben con números ordinales y del 10 al 136 con números cardinales.

De esta suerte hemos visto y padecido que en los últimos tiempos se ha usado y abusado de estos derechos por parte de organismos que protestan y exigen pretensiones que les afectan de no ser satisfechas, con las consabidas consecuencias siniestras de destrucción de bienes urbanos, privados, toma de carreteras, calles y lugares públicos en detrimento de la población en general y conculcando, impunemente, derechos de tercero. Pero lo mas grave, es en detrimento de la actividad turística que es la principal de nuestro puerto y del estado.

Es así que si consideramos al Centro de Convenciones ( ahora CIA) como un elemento icónico de nuestro puerto, es justo y correcto, además de necesario, que todos los prestadores de servicios turísticos, adheridos a algún organismo y el público en general, ejerzan los derechos constitucionales comentados para que en apoyo a la petición que hizo el gobernador del estado al presidente de la república para realizar un esfuerzo conjunto para rehabilitar y remozar dicho Centro, se pueda contar nuevamente con los servicios necesarios para su óptimo funcionamiento y desempeño.

En efecto, se ha utilizado de manera constante e inveterada el dinero público de nuestros impuestos para promover turísticamente a nuestro puerto, para atraer turistas y el gasto de éstos directamente se va a las manos de los prestadores de servicios de este jaez, hoteleros, restauranteros, discotequeros, cantineros, lancheros, transportistas ( líneas aéreas, marítimas, terrestres, taxistas, urbaneros, colectivos), y luego éstos los distribuyen en otros recipiendarios y así sucesivamente. De ahí que serían las organizaciones que agremian a estos prestadores de servicios turísticos ( las cámaras, sindicatos, uniones, etc.) los mas abocados para solicitar con firmeza y determinación esa restauración y echar a andar el Centro de Convenciones (CIA) y contar con un elemento fundamental para la atracción de visitantes de un mayor poder adquisitivo ( reuniones de negocios, convenciones, etc.), por decir solo algunos. La petición está en el aire. Todos saldremos ganando. O usted, convencido lector, ¿Qué opina?

En entrega anterior tocamos algunos puntos fundacionales de nuestro Centro de Convenciones (ahora CIA) y para efectos de continuidad, habida cuenta de que el tema es muy vasto, aportaremos algunos comentarios al mismo.

En nuestro país tenemos garantizados constitucionalmente los derechos de manifestación de las ideas, con las limitantes de no atacar la moral, la vida privada o los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público (…) el derecho a recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión ( Art. 6º.); (…) de libertad de difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio (Art. 7º.); derecho de petición ante funcionarios y empleados públicos, por escrito, de manera pacífica y respetuosa (Art.8º.); el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta( Art. 9º.).

A guisa de aclaración o recordatorio, en su caso, los primeros nueve artículos de nuestra Constitución se escriben con números ordinales y del 10 al 136 con números cardinales.

De esta suerte hemos visto y padecido que en los últimos tiempos se ha usado y abusado de estos derechos por parte de organismos que protestan y exigen pretensiones que les afectan de no ser satisfechas, con las consabidas consecuencias siniestras de destrucción de bienes urbanos, privados, toma de carreteras, calles y lugares públicos en detrimento de la población en general y conculcando, impunemente, derechos de tercero. Pero lo mas grave, es en detrimento de la actividad turística que es la principal de nuestro puerto y del estado.

Es así que si consideramos al Centro de Convenciones ( ahora CIA) como un elemento icónico de nuestro puerto, es justo y correcto, además de necesario, que todos los prestadores de servicios turísticos, adheridos a algún organismo y el público en general, ejerzan los derechos constitucionales comentados para que en apoyo a la petición que hizo el gobernador del estado al presidente de la república para realizar un esfuerzo conjunto para rehabilitar y remozar dicho Centro, se pueda contar nuevamente con los servicios necesarios para su óptimo funcionamiento y desempeño.

En efecto, se ha utilizado de manera constante e inveterada el dinero público de nuestros impuestos para promover turísticamente a nuestro puerto, para atraer turistas y el gasto de éstos directamente se va a las manos de los prestadores de servicios de este jaez, hoteleros, restauranteros, discotequeros, cantineros, lancheros, transportistas ( líneas aéreas, marítimas, terrestres, taxistas, urbaneros, colectivos), y luego éstos los distribuyen en otros recipiendarios y así sucesivamente. De ahí que serían las organizaciones que agremian a estos prestadores de servicios turísticos ( las cámaras, sindicatos, uniones, etc.) los mas abocados para solicitar con firmeza y determinación esa restauración y echar a andar el Centro de Convenciones (CIA) y contar con un elemento fundamental para la atracción de visitantes de un mayor poder adquisitivo ( reuniones de negocios, convenciones, etc.), por decir solo algunos. La petición está en el aire. Todos saldremos ganando. O usted, convencido lector, ¿Qué opina?