/ jueves 11 de abril de 2019

Del Caudillo del Sur…

Un día como ayer, 10 de Abril, pero de 1919, murió asesinado (tras haber sido traicionado), uno de entre los mas vehementes luchadores sociales que han existido en la Historia de nuestro país: Emiliano Zapata Salazar.

El recordar los 100 años ha, de esta página negra de nuestro pasado histórico, implica el no hacer que se pierdan en el olvido los hechos realizados en aras de las reivindicaciones sociales de un pueblo lleno de hambre y sed de justicia, como ancestralmente lo es el nuestro. En efecto él, de orígenes modestos, junto con otros líderes campesinos, se hacen recipiendarios de las legítimas aspiraciones de las clases mas menesterosas de las áreas rurales, merced a las erróneas políticas agrarias del porfiriato, que los despojaba de sus tierras, los mantenía en la miseria, creándose así, a favor de los pudientes las ostentosas haciendas e impresionantes latifundios.

Se le conoce a Zapata como El Caudillo del Sur, ya que comandó el Ejército Libertador del Sur, ello en virtud del Plan de Ayala de 25 de Noviembre de 1911 (con influencia floresmagonista), con la participación de Otilio E. Montaño y de su ideólogo el abogado y político potosino Antonio Díaz Soto y Gama, y convertirse en el promotor de las luchas sociales, agraristas, tendentes a la conquista de reivindicaciones sociales, en suma, en la repartición de los latifundios porfiristas para los campesinos, de ahí las famosas frases de “ La tierra es de quien la trabaja” y de “Tierra y Libertad”. Y aun cuando no participó en la Constitución de 1917, su ideario principal, de alguna manera, quedó plasmado en el Art. 27.

Al margen de un revisionismo que se está dando en nuestra Historia, que lejos de agregar conceptos válidos y fehacientes, solo se dirigen a exponer supuestas fallas o debilidades, e incluso desaciertos de los próceres que tradicionalmente reconocemos, ( nadie es perfecto) en una andanada de descalificaciones que no abonan en nada, absolutamente en nada, que sirva para encontrar la verdad en los hechos históricos que sucedieron, abonemos a su esclarecimieto.

En efecto, al recordar efemérides de todo tipo, nos atenemos a la verdadera intención y hechos relativos a la realización fáctica que los próceres llevaron al cabo, en aras de ideales en donde se privilegiaron las necesidades de la gran mayoría de la gente y no en egoístas posturas tendentes a beneficiar caprichos y/o ambiciones personales o de grupo.

Que gobiernos posteriores a las acciones de los próceres no hayan terminado o completado éstas, por incapacidad, ineficiencia, ineficacia, corrupción, mezquindad, traiciones a principios y un largo etcétera, no significa que olvidemos su entrega a las causas mas nobles de nuestra nación, en aras de su propia vida y valores personales. Es sano recordar a Emiliano Zapata en el Centenario de su asesinato. O usted, convencido lector,¿ Qué opina?

Un día como ayer, 10 de Abril, pero de 1919, murió asesinado (tras haber sido traicionado), uno de entre los mas vehementes luchadores sociales que han existido en la Historia de nuestro país: Emiliano Zapata Salazar.

El recordar los 100 años ha, de esta página negra de nuestro pasado histórico, implica el no hacer que se pierdan en el olvido los hechos realizados en aras de las reivindicaciones sociales de un pueblo lleno de hambre y sed de justicia, como ancestralmente lo es el nuestro. En efecto él, de orígenes modestos, junto con otros líderes campesinos, se hacen recipiendarios de las legítimas aspiraciones de las clases mas menesterosas de las áreas rurales, merced a las erróneas políticas agrarias del porfiriato, que los despojaba de sus tierras, los mantenía en la miseria, creándose así, a favor de los pudientes las ostentosas haciendas e impresionantes latifundios.

Se le conoce a Zapata como El Caudillo del Sur, ya que comandó el Ejército Libertador del Sur, ello en virtud del Plan de Ayala de 25 de Noviembre de 1911 (con influencia floresmagonista), con la participación de Otilio E. Montaño y de su ideólogo el abogado y político potosino Antonio Díaz Soto y Gama, y convertirse en el promotor de las luchas sociales, agraristas, tendentes a la conquista de reivindicaciones sociales, en suma, en la repartición de los latifundios porfiristas para los campesinos, de ahí las famosas frases de “ La tierra es de quien la trabaja” y de “Tierra y Libertad”. Y aun cuando no participó en la Constitución de 1917, su ideario principal, de alguna manera, quedó plasmado en el Art. 27.

Al margen de un revisionismo que se está dando en nuestra Historia, que lejos de agregar conceptos válidos y fehacientes, solo se dirigen a exponer supuestas fallas o debilidades, e incluso desaciertos de los próceres que tradicionalmente reconocemos, ( nadie es perfecto) en una andanada de descalificaciones que no abonan en nada, absolutamente en nada, que sirva para encontrar la verdad en los hechos históricos que sucedieron, abonemos a su esclarecimieto.

En efecto, al recordar efemérides de todo tipo, nos atenemos a la verdadera intención y hechos relativos a la realización fáctica que los próceres llevaron al cabo, en aras de ideales en donde se privilegiaron las necesidades de la gran mayoría de la gente y no en egoístas posturas tendentes a beneficiar caprichos y/o ambiciones personales o de grupo.

Que gobiernos posteriores a las acciones de los próceres no hayan terminado o completado éstas, por incapacidad, ineficiencia, ineficacia, corrupción, mezquindad, traiciones a principios y un largo etcétera, no significa que olvidemos su entrega a las causas mas nobles de nuestra nación, en aras de su propia vida y valores personales. Es sano recordar a Emiliano Zapata en el Centenario de su asesinato. O usted, convencido lector,¿ Qué opina?