/ lunes 25 de abril de 2022

"Debanhi, la deuda con las mujeres"

La que podría ser la última imagen de Debanhi viva, parada a la vera de una carretera con el viento por compañía y el cielo de una noche oscura, representa para los padres y madres de familia, para la sociedad consciente, la imagen de la incertidumbre sobre la falta real de garantías para las mujeres, para su seguridad, para su vida plena, y la deuda que tenemos con las mujeres.

Un dato crudo sobre lo que está sucediendo en el país nos lo presenta la periodista y activista por los derechos humanos, Sara Lovera que cita en un trabajo para sem México una reunión entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Tania Jiménez Enríquez Mier con Senadoras y Senadores de la República, donde el dato de que el feminicidio ha disminuido el 29 por ciento se viene abajo con la realidad.

Resulta más que preocupante la falta de una política cultural y policial para atender el tema cuando las cifras vertidas indican que del año 2019 el registro de llamadas de auxilio al número de emergencia 911 fue de 197 mil, y pasó a 260 mil para el 2020 lo que refiere un incremento de ¡63 mil llamadas! Qué significa que se recibieron en ese año 172.6 llamadas diariamente de mujeres pidiendo ayuda. Y a esa cifra sume 300 mil llamadas que se recibieron en el número de emergencia ese año en el tema de víctimas de trata, y más de una es víctima de ese delito.

Si esa cifra no es suficiente para considerar la importancia de volver la mirada para ser verdaderos seres humanos viviendo en el país, el dato de que desaparecen al año 7.1 mujeres al día, multiplicados por 365 días del año, nos arroja que el número de mujeres desaparecidas es de 2 mil 591.5

Algo no están haciendo bien las autoridades cuando de los 50 municipios más violentos del país, en 39 de ellos hay alerta de género. En Guerrero, en ciudades con alerta de género como Chilpancingo y Acapulco colectivas y colectivos han denunciado la desaparición de mujeres, y han mostrado su inquietud ante una falta de ruta clara de lo que significa una política de atención a la mujer para prevenir la violencia en su contra, así como la desaparición y los feminicidios.

Pero las voces se enfrentan a la indiferencia de la autoridad federal en el ropaje del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que simplemente no las ve, no las oye y descalifica los movimientos de denuncia.

Sino hay una política clara que transforme las relaciones elementales de convivencia y de respeto hacia las mujeres, no podemos creer que por el simple hecho de escudar la entrega de recursos como una política de atención sea lo único que requiera la sociedad.

El caso de la joven estudiante de leyes abre la discusión también como alerta para los jóvenes sobre el riesgo de convivir con personas que simplemente no serán aliadas para la seguridad. Parece que en el caso de Debanhi hay lecciones por aprender y justicia por aplicar. Surrealismo?

La que podría ser la última imagen de Debanhi viva, parada a la vera de una carretera con el viento por compañía y el cielo de una noche oscura, representa para los padres y madres de familia, para la sociedad consciente, la imagen de la incertidumbre sobre la falta real de garantías para las mujeres, para su seguridad, para su vida plena, y la deuda que tenemos con las mujeres.

Un dato crudo sobre lo que está sucediendo en el país nos lo presenta la periodista y activista por los derechos humanos, Sara Lovera que cita en un trabajo para sem México una reunión entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Tania Jiménez Enríquez Mier con Senadoras y Senadores de la República, donde el dato de que el feminicidio ha disminuido el 29 por ciento se viene abajo con la realidad.

Resulta más que preocupante la falta de una política cultural y policial para atender el tema cuando las cifras vertidas indican que del año 2019 el registro de llamadas de auxilio al número de emergencia 911 fue de 197 mil, y pasó a 260 mil para el 2020 lo que refiere un incremento de ¡63 mil llamadas! Qué significa que se recibieron en ese año 172.6 llamadas diariamente de mujeres pidiendo ayuda. Y a esa cifra sume 300 mil llamadas que se recibieron en el número de emergencia ese año en el tema de víctimas de trata, y más de una es víctima de ese delito.

Si esa cifra no es suficiente para considerar la importancia de volver la mirada para ser verdaderos seres humanos viviendo en el país, el dato de que desaparecen al año 7.1 mujeres al día, multiplicados por 365 días del año, nos arroja que el número de mujeres desaparecidas es de 2 mil 591.5

Algo no están haciendo bien las autoridades cuando de los 50 municipios más violentos del país, en 39 de ellos hay alerta de género. En Guerrero, en ciudades con alerta de género como Chilpancingo y Acapulco colectivas y colectivos han denunciado la desaparición de mujeres, y han mostrado su inquietud ante una falta de ruta clara de lo que significa una política de atención a la mujer para prevenir la violencia en su contra, así como la desaparición y los feminicidios.

Pero las voces se enfrentan a la indiferencia de la autoridad federal en el ropaje del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que simplemente no las ve, no las oye y descalifica los movimientos de denuncia.

Sino hay una política clara que transforme las relaciones elementales de convivencia y de respeto hacia las mujeres, no podemos creer que por el simple hecho de escudar la entrega de recursos como una política de atención sea lo único que requiera la sociedad.

El caso de la joven estudiante de leyes abre la discusión también como alerta para los jóvenes sobre el riesgo de convivir con personas que simplemente no serán aliadas para la seguridad. Parece que en el caso de Debanhi hay lecciones por aprender y justicia por aplicar. Surrealismo?