/ domingo 17 de mayo de 2020

Cuarentena plus

Me tomó una “cuarentena plus” volver a retomar mi columna. Forzosos cuarenta días y contando. Una terapia intensiva de meditación y trabajo de este casi primer semestre pandémico. El mundo siempre necesitó esta pausa. Sin virus que apabullarán con sus intermediarios (Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y el Fondo Monetario Internacional) y mensajes masivos propagandísticos, más que informativos. Lanzando una emergencia económica, social, ambiental, cultural, política, educativa, en fin. A lo que voy es que necesitábamos 3,465,000 segundos para una introspección. Reflexionar acerca de nuestro Ser y lo que conocemos. Debemos eliminar la “curva de contagio”, no aplanarla.

Tenemos que razonar y racionar. Nos hemos sometido a un ritmo cotidiano silencioso, acotado, replegado, pero más violento, destructivo, descuidado. El distanciamiento social es el quiebre de la sustancia vital en la humanidad. Por ejemplo, en China han iniciado la "normalidad" y con ello nuevos brotes del coronavirus (SARS-CoV2), un bucle que hasta hoy muta, avanza y mata. Los incrédulos e ignorantes que no concientizan no consideran la dimensión de este presente, porque el futuro nos lo han cambiado. Siendo lo más relevante la salud en todos los segmentos donde concurren personas de todo tipo, raza, credo y niveles.

Debimos romper el cristal de lo establecido, gestar a través de un diseño benevolente un producto o servicio a las generaciones existentes y venideras. Los gobiernos deben ser incubadoras, e inmediatamente, ofrecer convocatorias múltiples en una plataforma con capital de riesgo. Para restablecernos del “shut down”, se requiere voluntad y ofrecer la oportunidad de una agenda corta, fácil de transmitir y de amplio espectro.

1. El cuidado extremo en la higiene personal y colectiva. Una sanitización metodológica en escuelas, centros de trabajo, calles, avenidas, parques, playas, plazas, zócalos y demás lugares abiertos al público; 2. Confinamiento obligatorio en casos y lugares de mayor contagio. Cierre total de toda actividad social y económica de manera aleatoria con personal sano; 3. Reducir la “burbuja” de contacto con protocolos de salubridad, limpieza y distanciamiento. Se deben respetar estas medidas, fortalecerlas desde la academia y el área educativa; 4. Usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIS´s). Programas y equipos para mantenernos en contacto a distancia, invertir en estos rubros es inminente. El mundo digital, para la compra y venta de servicios y productos es una supervivencia en esta era; 5. Por último, el más importante. Fortalecer el agro, el abasto regional, nacional y mundial. Materia prima, insumos del campo y acatando las leyes del sistema alimentario. Libre de sustancias cancerígenas, mutagénicas y tóxicas. El sistema que debemos fortalecer aún más, es el sistema inmunológico. Para lo que venga.

Me tomó una “cuarentena plus” volver a retomar mi columna. Forzosos cuarenta días y contando. Una terapia intensiva de meditación y trabajo de este casi primer semestre pandémico. El mundo siempre necesitó esta pausa. Sin virus que apabullarán con sus intermediarios (Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y el Fondo Monetario Internacional) y mensajes masivos propagandísticos, más que informativos. Lanzando una emergencia económica, social, ambiental, cultural, política, educativa, en fin. A lo que voy es que necesitábamos 3,465,000 segundos para una introspección. Reflexionar acerca de nuestro Ser y lo que conocemos. Debemos eliminar la “curva de contagio”, no aplanarla.

Tenemos que razonar y racionar. Nos hemos sometido a un ritmo cotidiano silencioso, acotado, replegado, pero más violento, destructivo, descuidado. El distanciamiento social es el quiebre de la sustancia vital en la humanidad. Por ejemplo, en China han iniciado la "normalidad" y con ello nuevos brotes del coronavirus (SARS-CoV2), un bucle que hasta hoy muta, avanza y mata. Los incrédulos e ignorantes que no concientizan no consideran la dimensión de este presente, porque el futuro nos lo han cambiado. Siendo lo más relevante la salud en todos los segmentos donde concurren personas de todo tipo, raza, credo y niveles.

Debimos romper el cristal de lo establecido, gestar a través de un diseño benevolente un producto o servicio a las generaciones existentes y venideras. Los gobiernos deben ser incubadoras, e inmediatamente, ofrecer convocatorias múltiples en una plataforma con capital de riesgo. Para restablecernos del “shut down”, se requiere voluntad y ofrecer la oportunidad de una agenda corta, fácil de transmitir y de amplio espectro.

1. El cuidado extremo en la higiene personal y colectiva. Una sanitización metodológica en escuelas, centros de trabajo, calles, avenidas, parques, playas, plazas, zócalos y demás lugares abiertos al público; 2. Confinamiento obligatorio en casos y lugares de mayor contagio. Cierre total de toda actividad social y económica de manera aleatoria con personal sano; 3. Reducir la “burbuja” de contacto con protocolos de salubridad, limpieza y distanciamiento. Se deben respetar estas medidas, fortalecerlas desde la academia y el área educativa; 4. Usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIS´s). Programas y equipos para mantenernos en contacto a distancia, invertir en estos rubros es inminente. El mundo digital, para la compra y venta de servicios y productos es una supervivencia en esta era; 5. Por último, el más importante. Fortalecer el agro, el abasto regional, nacional y mundial. Materia prima, insumos del campo y acatando las leyes del sistema alimentario. Libre de sustancias cancerígenas, mutagénicas y tóxicas. El sistema que debemos fortalecer aún más, es el sistema inmunológico. Para lo que venga.