La situación actual de nuestra entidad federativa en materia de los recursos que recibe, es que el 95 por ciento viene de la Federación, tres por ciento son derivados de financiamiento y solo dos por ciento son ingresos propios.
Por parte de los egresos, el 71 por ciento se destina a gasto corriente , 21 por ciento a inversión, uno por ciento a pago de deuda, siete por ciento en participaciones.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación, para el próximo año, se destinan 67.6 miles de millones de pesos para Guerrero, que solo es un aumento de poco más del ocho por ciento , con respecto a este año, que fue de 61.8 mmdp.
Es decir, nada.
Por tanto, 14,19 mmdp serán utilizados para inversión (obras y servicios). Peor es nada, ¿verdad? Pero lo que debe mover a esta administración, que recién comienza, es a ganar competitividad (capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones) a fin de que se erijan empresas que generen empleos (directos e indirectos), que producen bienes y servicios por los que se obtienen ingresos, a fin de lograr un desarrollo económico y, por tanto, bienestar social.
Lo anterior debe ser de vital importancia porque de acuerdo al Instituto Mexicano de la Competitividad estamos en el último lugar.
Para empezar a subir en el índice de competitividad se debe tener eficacia en la seguridad pública, en las comunicaciones, los transportes. Nadie invierte en una plaza que se considera peligrosa o insegura.
La inversión que se haga en obras deberá atender a una mejor urbanización (calles, alumbrado público, drenaje, agua potable) y la que se haga en servicios, a eficientar la policía estatal y las respectivas policías preventivas.
Si no bajamos el índice de criminalidad y la inseguridad en calles, comercios y carreteras difícilmente vendrán inversiones que detonen el progreso económico que le urge a nuestro estado.
