/ viernes 27 de noviembre de 2020

Cómo leer a Maradona

Hace 60 años nació en Lanús, allá en la lejana Argentina, un niño de pelo rizado, talla pequeña, de barrio bravo pobre, quien se destacaba por su amor, técnica y dominio del balón de fútbol. Le apodaban entre otros como él, “Pelusa”, y así se le conoció años después en el mundo.

Pronto los clubes grandes del país del cono sur le echaron el ojo para asegurar a aquel fenómeno que ya pintaba como un grande. Argentino Juniors fue el club de fútbol que le dio la oportunidad de mostrar su arte en el dominio del balón donde mostró pinceladas de su técnica y se hizo notar para catapultarse a otros equipos de mayor nivel económico.

De hecho, sus amores deportivos fueron Argentinos Juniors, Boca Juniors y Napoli en Italia, que hasta antes de que llegara Diego se consideraba equipo chico. “El pelusa” lo hizo campeón y lo hizo brillar en todo el orbe y en especial en el fútbol del país de “la bota” en Europa, que hoy se rinde ante él y renombra a su estadio, antes San Paol, con el nombre de Diego Armando Maradona.

“El Pelusa” fue campeón mundial de fútbol con su selección en nuestro país y dejó huella de su picardía con la “mano de Dios” (metió un gol con la mano) y “el gol del siglo” cuando se llevó el balón desde la media cancha, recortando a sus rivales hasta llegar al área de Inglaterra y burlar al portero e introducir el balón en la portería.

Los expertos y fanáticos están divididos quién es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos; algunos dicen que es “El Rey Pelé”, otros señalan a Maradona. La verdad es que ambos en su tiempo fueron sensacionales.

La diferencia estriba en que desafortunadamente el “Pelusa” no pudo ni supo cómo dominar a ese monstruo llamada “fama” que tienta a los seres humanos con la adulación hasta hacerlos sentirse Dios, el dinero a manos llenas y su despilfarro, las mujeres y los vicios; a diferencia de Edson Arantes Do Nacimiento Pele que nunca o casi nunca dio pie a nota amarillista.

La historia de Maradona es la misma de aquellos hombres que destacan en algún arte, deporte, ciencia o cualquier otro sin tener una base cultural, valores y la fortaleza de una familia, lo que los hace presa fácil de vivales que pululan y los acechan hasta dejarlos sin un quinto para comer.

Maradona fue noticia amarillista por sus escándalos con la justicia, sus vicios y hasta preferencias sexuales. Sus últimos trabajos fueron en el estado de Sinaloa en nuestro país, como director técnico de “Los Dorados” renunciado por malestares en sus extremidades.

En argentina Diego era considerado Dios, a grado tal de formarse una religión con su imagen, así como canciones, poemas y mucha literatura que hablan de sus proezas deportivas.

El 25 de noviembre muere este fenómeno deportivo ante el estupor de sus fans que impávidos escucharon la noticia sin poder asimilarla.

Hoy el Mundo le llora y le recuerda como el mejor o uno de los dos mejores futbolistas. Hasta luego Diego.

Hace 60 años nació en Lanús, allá en la lejana Argentina, un niño de pelo rizado, talla pequeña, de barrio bravo pobre, quien se destacaba por su amor, técnica y dominio del balón de fútbol. Le apodaban entre otros como él, “Pelusa”, y así se le conoció años después en el mundo.

Pronto los clubes grandes del país del cono sur le echaron el ojo para asegurar a aquel fenómeno que ya pintaba como un grande. Argentino Juniors fue el club de fútbol que le dio la oportunidad de mostrar su arte en el dominio del balón donde mostró pinceladas de su técnica y se hizo notar para catapultarse a otros equipos de mayor nivel económico.

De hecho, sus amores deportivos fueron Argentinos Juniors, Boca Juniors y Napoli en Italia, que hasta antes de que llegara Diego se consideraba equipo chico. “El pelusa” lo hizo campeón y lo hizo brillar en todo el orbe y en especial en el fútbol del país de “la bota” en Europa, que hoy se rinde ante él y renombra a su estadio, antes San Paol, con el nombre de Diego Armando Maradona.

“El Pelusa” fue campeón mundial de fútbol con su selección en nuestro país y dejó huella de su picardía con la “mano de Dios” (metió un gol con la mano) y “el gol del siglo” cuando se llevó el balón desde la media cancha, recortando a sus rivales hasta llegar al área de Inglaterra y burlar al portero e introducir el balón en la portería.

Los expertos y fanáticos están divididos quién es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos; algunos dicen que es “El Rey Pelé”, otros señalan a Maradona. La verdad es que ambos en su tiempo fueron sensacionales.

La diferencia estriba en que desafortunadamente el “Pelusa” no pudo ni supo cómo dominar a ese monstruo llamada “fama” que tienta a los seres humanos con la adulación hasta hacerlos sentirse Dios, el dinero a manos llenas y su despilfarro, las mujeres y los vicios; a diferencia de Edson Arantes Do Nacimiento Pele que nunca o casi nunca dio pie a nota amarillista.

La historia de Maradona es la misma de aquellos hombres que destacan en algún arte, deporte, ciencia o cualquier otro sin tener una base cultural, valores y la fortaleza de una familia, lo que los hace presa fácil de vivales que pululan y los acechan hasta dejarlos sin un quinto para comer.

Maradona fue noticia amarillista por sus escándalos con la justicia, sus vicios y hasta preferencias sexuales. Sus últimos trabajos fueron en el estado de Sinaloa en nuestro país, como director técnico de “Los Dorados” renunciado por malestares en sus extremidades.

En argentina Diego era considerado Dios, a grado tal de formarse una religión con su imagen, así como canciones, poemas y mucha literatura que hablan de sus proezas deportivas.

El 25 de noviembre muere este fenómeno deportivo ante el estupor de sus fans que impávidos escucharon la noticia sin poder asimilarla.

Hoy el Mundo le llora y le recuerda como el mejor o uno de los dos mejores futbolistas. Hasta luego Diego.