/ jueves 24 de noviembre de 2016

Ágora. México, enemigo público de E.U.

Después de su triunfo electoral pareciera que el enemigo a vencer para Donald Trump son los ilegales y en específico nuestro país. Su discurso incendiario, discriminatorio, racista, xenofóbico en contra de los morenos ilegales y hasta de los legales, deja ver su odio sólo comparable con el de Adolfo Hitler hacia la raza judía que provocó el horrible holocausto que exterminó a millones de seres humanos, que su único crimen era su creencia religiosa. En pleno siglo XXI, cuando el muro de Berlín fue derribado al igual que el coloso de Stalin, que los Estados Unidos aperturan  las relaciones políticas y económicas con Cuba.

El mundo se globaliza, aparece un racista en el país que se vanagloria de ser el guardián de la libertad. Amenaza con edificar un muro para que no pasen los morenos latinos y les roben, les quiten sus trabajos, violen a sus mujeres, los asesinen. Se vota la puntada de decir en público que podemos atacarlos por aire, vía aviones. Nos coloca a la par o por encima de los talibanes y extremistas del Medio Oriente. México sólo en una ocasión atacó al vecino país y fue el 9 de marzo de 1916 directamente al pueblo de Columbus en Nuevo México.

Pero no fue el gobierno mexicano, que en ese momento se encontraba en un conflicto armado interno, sino por el general Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, que de igual manera no iba contra el gobierno estadounidense, sino para vengarse de Samuel Ravel un traficante de armamento que le había vendido municiones inservibles que le habían costado la derrota en varias batallas.

En fin, este nefasto presidente electo esta dividiendo peligrosamente a la población de los Estados Unidos lo que esta provocando enfrentamientos entre la población a favor y contra del muro, la deportación de ilegales y con la requisa de los envíos de divisas que mandan los mexicanos desde aquel país a sus familiares en México. Se vanagloria con enviar Twitts donde según él, la compañía Ford mantiene su planta en Kentucky, cancelando su traslado a San Luis Potosí.

Cierto o no, la verdad es que todo esto provoca una caída paulatina del peso. Hay un nerviosismo entre los inversionistas. Por lo anterior no sería sorpresa que cancelara unilateralmente el tratado de libre comercio que según el sólo beneficia a los mexicanos. Utiliza un nacionalismo exacerbado para inflamar las mentes de los gringos y hacerlos creer que somos el verdadero enemigo. Así lo hizo Hitler con su libro Mein Kampk (mi lucha), donde los judíos eran los enemigos de Alemania. Mientras los extremistas casa ilegales, y kukusklanes se lamen los labios y aceitan  sus rifles para cazar a los indocumentados que se arriesgan a pasar la línea. En pero, el gobierno mexicano esta congelado, no reacciona, no hace nada. Se requiere responder rápidamente y dar tranquilidad a los inversionistas.

Relacionarnos más con la comunidad europea y asiática en materia comercial, firmar acuerdos con Alemania, Reino Unido, España, Holanda, Italia, España y los asiáticos Japón, China y Corea. Ofrecerles nuestra inmejorable frontera norte, puerta al mayor mercado de gran poder adquisitivo.

Con lo que pueden disminuir costos de envío de sus mercancías asentando  sus fábricas en dicha línea fronteriza. Lo anterior nos daría empleos bien pagados y lograríamos crecer  por los empleos indirectos que se generarían. Se pueden crear parques o corredores industriales con exenciones  o disminución de impuestos. Todo esto abonado con la reforma laboral es un gran incentivo para el inversionista extranjero.

Pero mejor aún, si se logra que haya coinversión  mexicana extranjera, así ganarían los nuestro y los de afuera. Para esto, los mexicanos debemos entender que debemos UNIRNOS, dejando para otra ocasión nuestras diferencias y emprender una cruzada nacionalista como si fuera el día de la guadalupana o el 15 de septiembre.

Para ello los inversionistas mexicanos tendrán que producir mejor y a menor costo y los consumidores tendrán que preferir los productos mexicanos como lo hacen los norteamericanos. Dejemos de ir a las Vegas o a Disney a gastar nuestro dinero.

En tanto vayamos a nuestros casinos donde el verdadero jugador obtiene la misma sensación de placer por el juego. Acudamos a nuestros parques de diversión o temáticos en el país. Tenemos de todo. Se puede, claro que se puede si nos unimos sociedad y gobierno en un sólo objetivo.

Demostremos al mundo que no somos delincuentes ni una amenaza como este novo Hitler quiere hacernos perecer. Saquemos lo mejor de nosotros mismos, no nos quedemos petrificados sólo observando.

Después de su triunfo electoral pareciera que el enemigo a vencer para Donald Trump son los ilegales y en específico nuestro país. Su discurso incendiario, discriminatorio, racista, xenofóbico en contra de los morenos ilegales y hasta de los legales, deja ver su odio sólo comparable con el de Adolfo Hitler hacia la raza judía que provocó el horrible holocausto que exterminó a millones de seres humanos, que su único crimen era su creencia religiosa. En pleno siglo XXI, cuando el muro de Berlín fue derribado al igual que el coloso de Stalin, que los Estados Unidos aperturan  las relaciones políticas y económicas con Cuba.

El mundo se globaliza, aparece un racista en el país que se vanagloria de ser el guardián de la libertad. Amenaza con edificar un muro para que no pasen los morenos latinos y les roben, les quiten sus trabajos, violen a sus mujeres, los asesinen. Se vota la puntada de decir en público que podemos atacarlos por aire, vía aviones. Nos coloca a la par o por encima de los talibanes y extremistas del Medio Oriente. México sólo en una ocasión atacó al vecino país y fue el 9 de marzo de 1916 directamente al pueblo de Columbus en Nuevo México.

Pero no fue el gobierno mexicano, que en ese momento se encontraba en un conflicto armado interno, sino por el general Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, que de igual manera no iba contra el gobierno estadounidense, sino para vengarse de Samuel Ravel un traficante de armamento que le había vendido municiones inservibles que le habían costado la derrota en varias batallas.

En fin, este nefasto presidente electo esta dividiendo peligrosamente a la población de los Estados Unidos lo que esta provocando enfrentamientos entre la población a favor y contra del muro, la deportación de ilegales y con la requisa de los envíos de divisas que mandan los mexicanos desde aquel país a sus familiares en México. Se vanagloria con enviar Twitts donde según él, la compañía Ford mantiene su planta en Kentucky, cancelando su traslado a San Luis Potosí.

Cierto o no, la verdad es que todo esto provoca una caída paulatina del peso. Hay un nerviosismo entre los inversionistas. Por lo anterior no sería sorpresa que cancelara unilateralmente el tratado de libre comercio que según el sólo beneficia a los mexicanos. Utiliza un nacionalismo exacerbado para inflamar las mentes de los gringos y hacerlos creer que somos el verdadero enemigo. Así lo hizo Hitler con su libro Mein Kampk (mi lucha), donde los judíos eran los enemigos de Alemania. Mientras los extremistas casa ilegales, y kukusklanes se lamen los labios y aceitan  sus rifles para cazar a los indocumentados que se arriesgan a pasar la línea. En pero, el gobierno mexicano esta congelado, no reacciona, no hace nada. Se requiere responder rápidamente y dar tranquilidad a los inversionistas.

Relacionarnos más con la comunidad europea y asiática en materia comercial, firmar acuerdos con Alemania, Reino Unido, España, Holanda, Italia, España y los asiáticos Japón, China y Corea. Ofrecerles nuestra inmejorable frontera norte, puerta al mayor mercado de gran poder adquisitivo.

Con lo que pueden disminuir costos de envío de sus mercancías asentando  sus fábricas en dicha línea fronteriza. Lo anterior nos daría empleos bien pagados y lograríamos crecer  por los empleos indirectos que se generarían. Se pueden crear parques o corredores industriales con exenciones  o disminución de impuestos. Todo esto abonado con la reforma laboral es un gran incentivo para el inversionista extranjero.

Pero mejor aún, si se logra que haya coinversión  mexicana extranjera, así ganarían los nuestro y los de afuera. Para esto, los mexicanos debemos entender que debemos UNIRNOS, dejando para otra ocasión nuestras diferencias y emprender una cruzada nacionalista como si fuera el día de la guadalupana o el 15 de septiembre.

Para ello los inversionistas mexicanos tendrán que producir mejor y a menor costo y los consumidores tendrán que preferir los productos mexicanos como lo hacen los norteamericanos. Dejemos de ir a las Vegas o a Disney a gastar nuestro dinero.

En tanto vayamos a nuestros casinos donde el verdadero jugador obtiene la misma sensación de placer por el juego. Acudamos a nuestros parques de diversión o temáticos en el país. Tenemos de todo. Se puede, claro que se puede si nos unimos sociedad y gobierno en un sólo objetivo.

Demostremos al mundo que no somos delincuentes ni una amenaza como este novo Hitler quiere hacernos perecer. Saquemos lo mejor de nosotros mismos, no nos quedemos petrificados sólo observando.