Varias veces he comentado que Acapulco necesita diferenciadores para poder competir con otros destinos turísticos que aprendieron de lo bueno y de lo malo que el puerto ha hecho, para no cometer los mismos errores.
Acapulco también puede ofertar no solo playas , albercas o las cantinas disfrazados de “bares”, deportes acuáticos y gastronomía. Acapulco debe ampliar su visión periférica y darle publicidad a las ruinas de Tehuacalco, que están en el vecino municipio de Tierra Colorada, visitas guiadas al fuerte de San Diego a los infantes de primaria y secundaria para que abreven de la historia prehispánica e hispánica.
Conocer nuestras raíces de la cultura Yope y los enfrentamientos que se dieron en El Fuerte citado, claro todo esto con vigilancia policiaca en autobuses para los menores de edad.
Hay también un Museo Naval y de Las Máscaras que casi nadie conoce por falta de promoción . Que vayan al Jardín Botánico de la Universidad Loyola y a la Casa de Dolores Olmedo en la calle Inahalambrica para ver la obra del mural de Diego Rivera.
Por ello, aplaudo la noticia, la cual no sé si sea cierta o no, de la remodelación del acuario que antes se llamaba Mágico Mundo Marino en el islote de Caleta. Lo que de darse, por supuesto que generará ingresos, si es bien manejado como empresa privada o que se dé en concesión a estas.
Los niños deben aprender sobre el mundo multicolor silencioso del océano y sus distintas especies. Es lo natural de un puerto.
Por otro lado se debe pugnar porque se pudiera retirar a las instalaciones de Pemex de la Base Naval por ser un peligro latente para la población y turistas, lo que de darse se aprovecharía el terreno para construir un mega parque temático.
Ideas hay muchas pero falta que el gobierno e iniciativa privada se pongan de acuerdo.