/ jueves 9 de noviembre de 2023

Ágora | Aprender la lección o repetir la tragedia

Acapulco es reconocido mundialmente por las bellezas naturales de sus dos bahías ( Santa Lucía y Puerto Marqués), así como por sus dos grandes lagunas ( Tres palos y Pie de la Cuesta ) que son una hermosa panorámica desde lo alto del anfiteatro.

Los acapulqueños y en general las autoridades de los tres niveles de gobierno, hemos sufrido puntualmente los embates de la naturaleza, sin embargo, no hemos aprendido nada de los últimos como son: Paulina , Ingrid y Manuel y actualmente Otis .

Pero empecemos por el principio. Al inicio de la urbanización de nuestro puerto con Miguel Alemán, se cometieron graves errores al haber permitido construir edificaciones en la franja de la playa que impiden principalmente la vista y la ventilación en lo que debería ser un paseo de la avenida costera Miguel Alemán (cosas del presidencialismo ) lo que impide y provoca mucho calor para la ciudad.

La avenida Escénica, de igual manera tiene un trazado muy inclinado y el riesgo latente de que la cinta asfáltica se derrumbe por estar construida en la barranca. Del lado opuesto, las grandes rocas también representan un peligro de caer y aplastar vehículos y personas.

Otis tumbó miles de postes con cables de energía eléctrica, de telefonía celular, de televisión cerrada. Y el espectáculo y gasto es devastador y su costo millonario. Es tiempo que mudemos a la electrificación vía subterránea y dejar los postes y cables que solo permiten colgarse a los ladrones de este fluido, provocando cortos y apagones; amén, de lo horrible que se ve el enjambre de cables colgados donde constantemente se atoran y son cortados por los vehículos de gran tamaño.

Para evitar daños como el que nos dejó Otis, se debe reglamentar que las construcciones que solo deban alzarse hasta un límite máximo de 10 pisos, ya que actualmente son edificios altísimos que en caso de un terremoto o incendio no habrá escalera de Protección Civil para ayudar, lo que provocará que los inversionistas edifiquen sus desarrollos horizontalmente.

Al no haber tanta elevación, se puede edificar con materiales más pesados como el block o ladrillo que son resistentes y no el uso de paneles que son fácil de derruirse y caerse, como lo exhibió Otis. Los vidrios y cancelería deben ser de un grosor que soporten vientos huracanados. Las palmeras de ornato deben ser enanas y los árboles podados a una altura no mayor a los 2.5 metros.

La planta de Pemex en Icacos, debe urgentemente reubicarse por ser un riesgo mayor para toda la población, ya que su infraestructura resiente directamente los embates de los vientos y como es de esperarse, muy pronto el agua del mar la inundará, así como a toda la avenida costera y más allá, por el deshielo de los polos que va muy acelerado. Las grandes rocas que Otis desnudó de los cerros deben ser tronadas para evitar que rueden y se conviertan en una tragedia.

Impedir que sigan poblándose los cerros del anfiteatro, y retomar las medidas del Parque El Veladero con guardia permanente, remitiendo a esas personas a terrenos planos como lo hizo Rubén Figueroa en el pasado, fundando la colonia Renacimiento. No permitir más construcciones en la franja de arena y motivar a que se edifique del otro lado de la avenida Costera.

Los espectaculares son otro gravísimo problema, ya que constantemente se caen y provocan muchos daños debiéndose reglamentar en su altura. La población debe entender que no podemos seguir techando los techos con lámina - perdón por el pleonasmo - como se estila en el puerto, por “la calor” y para que no se trasmine el agua de lluvia, ya que estas salen desprendidas a máxima velocidad convirtiéndose en navajas filosas que pueden cercenar a las personas. Reforestar el anfiteatro con árboles fuertes, frondosos, (parota y ceiba por mencionar algunos) para refrescarlo ante la deforestación brutal que hizo Otis. .

Aprender la lección de que cuando se nos avise de un fenómeno metereológico, por mínimo que sea, nos hagamos de una despensa de comida enlatada, agua, lámparas, y volver al pasado con un radio de pilas. En el evento, cerrar la llave de gas y desconectar todo aparato eléctrico.

Antes del evento, aprender de los gringos, tapiando las ventanas y puertas con madera. Las autoridades ante este tipo de desastre deben suspender casi toda actividad laboral para que las personas puedan buscar sus alimentos y agua para disminuir el flujo de vehículos y personas que solo entorpecen las labores de limpieza.

La basura es la preocupación más grave, ya que no solo provoca fétidos olores, sino prolifera la fauna nociva y las partículas que se van al aire son la vía para las enfermedades gastrointestinales que sufren las personas. Por cierto, en época de crisis como la que vivimos solo una compañía de telefonía celular proporcionó servicio aunque fuera de manera intermitente, lo que permitió a muchas familias comunicarse con sus seres queridos.

La empresa a que me refiero es la del Sr. Slim. Caso contrario a la de las dos TTs que se desconectó por completo. Sirva lo anterior para que al momento de contratar sepamos cuál tiene mayor cobertura y tecnología. Pero eso si, al momento de cobrar lo hacen de manera cínica cobrando un servicio que no otorga. Esperemos que todos aprovechemos esta tragedia para erradicar viejos vicios y modernizar al puerto de Acapulco o desafortunadamente repetiremos la tragedia.

Acapulco es reconocido mundialmente por las bellezas naturales de sus dos bahías ( Santa Lucía y Puerto Marqués), así como por sus dos grandes lagunas ( Tres palos y Pie de la Cuesta ) que son una hermosa panorámica desde lo alto del anfiteatro.

Los acapulqueños y en general las autoridades de los tres niveles de gobierno, hemos sufrido puntualmente los embates de la naturaleza, sin embargo, no hemos aprendido nada de los últimos como son: Paulina , Ingrid y Manuel y actualmente Otis .

Pero empecemos por el principio. Al inicio de la urbanización de nuestro puerto con Miguel Alemán, se cometieron graves errores al haber permitido construir edificaciones en la franja de la playa que impiden principalmente la vista y la ventilación en lo que debería ser un paseo de la avenida costera Miguel Alemán (cosas del presidencialismo ) lo que impide y provoca mucho calor para la ciudad.

La avenida Escénica, de igual manera tiene un trazado muy inclinado y el riesgo latente de que la cinta asfáltica se derrumbe por estar construida en la barranca. Del lado opuesto, las grandes rocas también representan un peligro de caer y aplastar vehículos y personas.

Otis tumbó miles de postes con cables de energía eléctrica, de telefonía celular, de televisión cerrada. Y el espectáculo y gasto es devastador y su costo millonario. Es tiempo que mudemos a la electrificación vía subterránea y dejar los postes y cables que solo permiten colgarse a los ladrones de este fluido, provocando cortos y apagones; amén, de lo horrible que se ve el enjambre de cables colgados donde constantemente se atoran y son cortados por los vehículos de gran tamaño.

Para evitar daños como el que nos dejó Otis, se debe reglamentar que las construcciones que solo deban alzarse hasta un límite máximo de 10 pisos, ya que actualmente son edificios altísimos que en caso de un terremoto o incendio no habrá escalera de Protección Civil para ayudar, lo que provocará que los inversionistas edifiquen sus desarrollos horizontalmente.

Al no haber tanta elevación, se puede edificar con materiales más pesados como el block o ladrillo que son resistentes y no el uso de paneles que son fácil de derruirse y caerse, como lo exhibió Otis. Los vidrios y cancelería deben ser de un grosor que soporten vientos huracanados. Las palmeras de ornato deben ser enanas y los árboles podados a una altura no mayor a los 2.5 metros.

La planta de Pemex en Icacos, debe urgentemente reubicarse por ser un riesgo mayor para toda la población, ya que su infraestructura resiente directamente los embates de los vientos y como es de esperarse, muy pronto el agua del mar la inundará, así como a toda la avenida costera y más allá, por el deshielo de los polos que va muy acelerado. Las grandes rocas que Otis desnudó de los cerros deben ser tronadas para evitar que rueden y se conviertan en una tragedia.

Impedir que sigan poblándose los cerros del anfiteatro, y retomar las medidas del Parque El Veladero con guardia permanente, remitiendo a esas personas a terrenos planos como lo hizo Rubén Figueroa en el pasado, fundando la colonia Renacimiento. No permitir más construcciones en la franja de arena y motivar a que se edifique del otro lado de la avenida Costera.

Los espectaculares son otro gravísimo problema, ya que constantemente se caen y provocan muchos daños debiéndose reglamentar en su altura. La población debe entender que no podemos seguir techando los techos con lámina - perdón por el pleonasmo - como se estila en el puerto, por “la calor” y para que no se trasmine el agua de lluvia, ya que estas salen desprendidas a máxima velocidad convirtiéndose en navajas filosas que pueden cercenar a las personas. Reforestar el anfiteatro con árboles fuertes, frondosos, (parota y ceiba por mencionar algunos) para refrescarlo ante la deforestación brutal que hizo Otis. .

Aprender la lección de que cuando se nos avise de un fenómeno metereológico, por mínimo que sea, nos hagamos de una despensa de comida enlatada, agua, lámparas, y volver al pasado con un radio de pilas. En el evento, cerrar la llave de gas y desconectar todo aparato eléctrico.

Antes del evento, aprender de los gringos, tapiando las ventanas y puertas con madera. Las autoridades ante este tipo de desastre deben suspender casi toda actividad laboral para que las personas puedan buscar sus alimentos y agua para disminuir el flujo de vehículos y personas que solo entorpecen las labores de limpieza.

La basura es la preocupación más grave, ya que no solo provoca fétidos olores, sino prolifera la fauna nociva y las partículas que se van al aire son la vía para las enfermedades gastrointestinales que sufren las personas. Por cierto, en época de crisis como la que vivimos solo una compañía de telefonía celular proporcionó servicio aunque fuera de manera intermitente, lo que permitió a muchas familias comunicarse con sus seres queridos.

La empresa a que me refiero es la del Sr. Slim. Caso contrario a la de las dos TTs que se desconectó por completo. Sirva lo anterior para que al momento de contratar sepamos cuál tiene mayor cobertura y tecnología. Pero eso si, al momento de cobrar lo hacen de manera cínica cobrando un servicio que no otorga. Esperemos que todos aprovechemos esta tragedia para erradicar viejos vicios y modernizar al puerto de Acapulco o desafortunadamente repetiremos la tragedia.