/ domingo 11 de diciembre de 2016

Agora

Fuertes fueron las palabras del Secretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos, que reprochó a los legisladores por no aprobar la ley que dé un marco legal a la actuación del Ejército en labores de seguridad pública. Era de esperarse el hastío, desgaste, confrontación con la sociedad y medios de comunicación que han descompuesto la imagen de la Sedena.

Su grito también alcanzó a los gobernadores y presidentes municipales por no haber preparado de tiempo atrás a sus cuerpos policiacos, cuando la reforma procesal penal data del 2008.

Nada hicieron con los viejos y enfermos policías, menos a los que tenían antecedentes y se tenía sospechas sobre su honestidad para desarrollar una verdadera acción preventiva y investigación científica como lo requiere la constitución, el código procesal penal nacional y los tratados internacionales, en un marco de respeto a los derechos humanos. Su reclamo tocó al Secretario de Gobernación Osorio Chong a quien acusó de no hacer nada para apurar a los legisladores a aprobar la ley que exige. Según el General no hay prisa y no la ha habido por muchos años.

Agregó el secretario que los militares están ante la disyuntiva de de enfrentar a la delincuencia con el riesgo de ser procesados por un delito que tenga que ver con los derechos humanos o dejar de cumplir las órdenes que se les dan. Les sale más barato según él. Tiene razón a medias mi General Cienfuegos, ya que sus fuerzas castrenses deberían estar en sus cuarteles preparándose para una confrontación que pusiera en peligro nuestra soberanía nacional. Lo anterior fundado en el artículo 31 de nuestra Carta Magna.

Empero, este mismo artículo señala la obligación de Ejército de defender el “orden interior”. Entendiendo por orden interior la presente crisis de inseguridad que sufrimos los mexicanos. Concuerdo con mi General en la falta de la ley secundaria que de legalidad y certeza a las acciones del ejército mexicano.

Recordemos que el artículo 21 de la Carta Magna refiere que el ministerio público es quien coordina las investigaciones de los delitos y los policías (no dice militares) actuarán bajo la conducción y mando de aquel.

Otro punto que destacó el secretario fue su crítica al Poder Judicial a quien zarandeó al resolver de forma laxa asuntos de delincuentes peligrosos  que obtienen su libertad por un mal entendido criterio garantista. La puerta giratoria le llamó a la actuación judicial. Por un lado entra el delincuente y por la misma puerta sale. No coincido que ellos no estudiaron para detener delincuentes, ya que como lo indiqué, ellos tienen la obligación de hacerlo cuando así se lo requieran. Si no han estudiado como hacerlo, es tiempo de hacerlo. De nada nos sirve un Ejército que se dedica a marchar todo el tiempo  a tocar el clarinete con su bélico acento, saludar a nuestro lábaro patrio y estar firmes como rocas cuidando sus instalaciones o enclaustrados en sus cuarteles.

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Debemos reconocer que los militares han fallado en varias ocasiones como también los cuerpos policiacos que enfrentan sus procesos. No debe haber impunidad. Sobre el nuevo proceso penal acusatorio que se acaba de implementar en todo el país, tiene razón mi General, al criticar la actuación de los jueces en la aplicación del texto legal. Todo esto ha traído yerros, lagunas y excesos jurídicos, tanto por la letra como por la aplicación de la misma norma. El proceso está lleno de formulismos y protocolos.

Ejemplo de éstos el que habla del policía primer respondiente en el proceso penal nacional. Por Dios, que alguien me diga dónde se habla de esta figura. No existe en la ley. Se la sacaron de la manga. Existe el policía con capacidades para procesar que es diferente. Pero como los gobernadores y presidentes municipales no son abogados, ahí los tienen preparando a la Policía Preventiva como primer respondiente.

Por último, con estas declaraciones mi General se metió en política al alabar a Felipe Calderón, a quien llamó valiente y decidido para combatir a la delincuencia y criticara Chong. Arrancan.

Fuertes fueron las palabras del Secretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos, que reprochó a los legisladores por no aprobar la ley que dé un marco legal a la actuación del Ejército en labores de seguridad pública. Era de esperarse el hastío, desgaste, confrontación con la sociedad y medios de comunicación que han descompuesto la imagen de la Sedena.

Su grito también alcanzó a los gobernadores y presidentes municipales por no haber preparado de tiempo atrás a sus cuerpos policiacos, cuando la reforma procesal penal data del 2008.

Nada hicieron con los viejos y enfermos policías, menos a los que tenían antecedentes y se tenía sospechas sobre su honestidad para desarrollar una verdadera acción preventiva y investigación científica como lo requiere la constitución, el código procesal penal nacional y los tratados internacionales, en un marco de respeto a los derechos humanos. Su reclamo tocó al Secretario de Gobernación Osorio Chong a quien acusó de no hacer nada para apurar a los legisladores a aprobar la ley que exige. Según el General no hay prisa y no la ha habido por muchos años.

Agregó el secretario que los militares están ante la disyuntiva de de enfrentar a la delincuencia con el riesgo de ser procesados por un delito que tenga que ver con los derechos humanos o dejar de cumplir las órdenes que se les dan. Les sale más barato según él. Tiene razón a medias mi General Cienfuegos, ya que sus fuerzas castrenses deberían estar en sus cuarteles preparándose para una confrontación que pusiera en peligro nuestra soberanía nacional. Lo anterior fundado en el artículo 31 de nuestra Carta Magna.

Empero, este mismo artículo señala la obligación de Ejército de defender el “orden interior”. Entendiendo por orden interior la presente crisis de inseguridad que sufrimos los mexicanos. Concuerdo con mi General en la falta de la ley secundaria que de legalidad y certeza a las acciones del ejército mexicano.

Recordemos que el artículo 21 de la Carta Magna refiere que el ministerio público es quien coordina las investigaciones de los delitos y los policías (no dice militares) actuarán bajo la conducción y mando de aquel.

Otro punto que destacó el secretario fue su crítica al Poder Judicial a quien zarandeó al resolver de forma laxa asuntos de delincuentes peligrosos  que obtienen su libertad por un mal entendido criterio garantista. La puerta giratoria le llamó a la actuación judicial. Por un lado entra el delincuente y por la misma puerta sale. No coincido que ellos no estudiaron para detener delincuentes, ya que como lo indiqué, ellos tienen la obligación de hacerlo cuando así se lo requieran. Si no han estudiado como hacerlo, es tiempo de hacerlo. De nada nos sirve un Ejército que se dedica a marchar todo el tiempo  a tocar el clarinete con su bélico acento, saludar a nuestro lábaro patrio y estar firmes como rocas cuidando sus instalaciones o enclaustrados en sus cuarteles.

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Debemos reconocer que los militares han fallado en varias ocasiones como también los cuerpos policiacos que enfrentan sus procesos. No debe haber impunidad. Sobre el nuevo proceso penal acusatorio que se acaba de implementar en todo el país, tiene razón mi General, al criticar la actuación de los jueces en la aplicación del texto legal. Todo esto ha traído yerros, lagunas y excesos jurídicos, tanto por la letra como por la aplicación de la misma norma. El proceso está lleno de formulismos y protocolos.

Ejemplo de éstos el que habla del policía primer respondiente en el proceso penal nacional. Por Dios, que alguien me diga dónde se habla de esta figura. No existe en la ley. Se la sacaron de la manga. Existe el policía con capacidades para procesar que es diferente. Pero como los gobernadores y presidentes municipales no son abogados, ahí los tienen preparando a la Policía Preventiva como primer respondiente.

Por último, con estas declaraciones mi General se metió en política al alabar a Felipe Calderón, a quien llamó valiente y decidido para combatir a la delincuencia y criticara Chong. Arrancan.