/ martes 12 de julio de 2022

Acapulco sigue en decadencia, entre invasiones a zona federal, ambulantaje y contaminación

Acapulco se ha dejado a su suerte , a nadie le importa su franco declive como destino turístico , al tolerar el incremento de los ambulantes y la continua invasión de la zona federal, que se ha ido privatizando ante la aparente complacencia de los funcionarios de los tres ordenes de gobierno.

Recientemente se integró el Consejo Consultivo de Turism o, dizque para proponer estrategias, programas y acciones que contribuyan al fortalecimiento de la principal actividad económica de la entidad, pero, nadie tocó los problemas que padecen la bahía, que son muchos ya los que ven como simples espectadores.

Esa es la cruda realidad, a lo anterior, van casi cuatro años del mandato del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, pero no hay dentro del Plan Nacional de Desarrollo un proyecto para renovar la imagen del destino que alguna vez fue el distintivo turístico de México.

Este abandono está cobrando factura a la franja de arena , cada vez son más los módulos que surgen en las playas, con venta de bebidas alcohólicas que ofrecen hasta el triple de su costo, eso sí, sin pagar impuestos ni los derechos para ocupar la zona marítimo federal.

Todo esto tolerado por las delegaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente o de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quienes los ven como a Dios, es decir, saben que existen, pero nunca pueden ver a sus titulares.

A esto hay que añadir que no existe ninguna estrategia que impida que sigan llegando las aguas negras al mar , porque las únicas acciones que se han tomado es rellenar con arena el agua sucia estancada, además de que ofrecen al turista un mobiliario en mal estado y caro.

Otro problema que se le ha restado importancia, es al aumento de ambulantes , este fenómeno se ha ido expandiendo en la totalidad de la bahía, quienes representan además, una fuerte competencia a los restaurantes establecidos en las áreas concesionadas.

A la vista de todos venden desde comida, mariscos y bebidas, a un costo menor del que se ofrece en los negocios que operan con sus licencias de funcionamiento, determinando una competencia desleal y una anarquía en la zona de playa.

Es así, como este puerto se enfila al precipicio de la decadencia ante la miopía de los secretarios de Turismo, tanto estatales como municipales, quienes ni idea tienen para implementar un programa de rescate de Acapulco, que sigue perdiendo presencia en el mercado turístico nacional e internacional.

¿O usted que opina querido lector?

Acapulco se ha dejado a su suerte , a nadie le importa su franco declive como destino turístico , al tolerar el incremento de los ambulantes y la continua invasión de la zona federal, que se ha ido privatizando ante la aparente complacencia de los funcionarios de los tres ordenes de gobierno.

Recientemente se integró el Consejo Consultivo de Turism o, dizque para proponer estrategias, programas y acciones que contribuyan al fortalecimiento de la principal actividad económica de la entidad, pero, nadie tocó los problemas que padecen la bahía, que son muchos ya los que ven como simples espectadores.

Esa es la cruda realidad, a lo anterior, van casi cuatro años del mandato del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, pero no hay dentro del Plan Nacional de Desarrollo un proyecto para renovar la imagen del destino que alguna vez fue el distintivo turístico de México.

Este abandono está cobrando factura a la franja de arena , cada vez son más los módulos que surgen en las playas, con venta de bebidas alcohólicas que ofrecen hasta el triple de su costo, eso sí, sin pagar impuestos ni los derechos para ocupar la zona marítimo federal.

Todo esto tolerado por las delegaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente o de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quienes los ven como a Dios, es decir, saben que existen, pero nunca pueden ver a sus titulares.

A esto hay que añadir que no existe ninguna estrategia que impida que sigan llegando las aguas negras al mar , porque las únicas acciones que se han tomado es rellenar con arena el agua sucia estancada, además de que ofrecen al turista un mobiliario en mal estado y caro.

Otro problema que se le ha restado importancia, es al aumento de ambulantes , este fenómeno se ha ido expandiendo en la totalidad de la bahía, quienes representan además, una fuerte competencia a los restaurantes establecidos en las áreas concesionadas.

A la vista de todos venden desde comida, mariscos y bebidas, a un costo menor del que se ofrece en los negocios que operan con sus licencias de funcionamiento, determinando una competencia desleal y una anarquía en la zona de playa.

Es así, como este puerto se enfila al precipicio de la decadencia ante la miopía de los secretarios de Turismo, tanto estatales como municipales, quienes ni idea tienen para implementar un programa de rescate de Acapulco, que sigue perdiendo presencia en el mercado turístico nacional e internacional.

¿O usted que opina querido lector?