/ viernes 8 de abril de 2022

Acapulco merece un acuario

Mucho se dice por parte de las autoridades estatales y municipales que Acapulco tiene que reposicionarse en el gusto de los turistas nacionales e internacionales y porqué no, de los mismos guerrerenses que voltean los ojos a otros destinos de playa del país y del extranjero.

Acapulco es un destino, que por su cercanía con la CDMX que es el mercado más grande del país, tiene un plus que por lo menos necesita maquillarlo. Cierto, ya no hay Antros como se le llama hoy en día a las otrora Discotecas. Los Restaurantes dan pena ajena con precios altos, una pésima infraestructura, vajillas despostilladas y meseros sin ningún tipo de capacitación. El transporte público es chatarra contaminante por la cantidad de humo que arrojan a su paso. Las playas con escurrimientos de (?), que dan mal aspecto.

Tenemos varios museos que pocos conocen y también zonas con grabados prehispánicos en el olvido por falta de difusión y seguridad. Del parque El Veladero solo queda el nombre porque la mancha urbana ya llegó a la cima de las montañas. El paisaje verde de la selva caducifolia solo la encontramos en las viejas fotos de J.J.Pintos porque los cerros actuales parecen un mazacote gigantesco por las construcciones que se edifican al capricho y ocurrencia de los moradores. Las calles destrozadas y la basura por todos lados.

Sin embargo, incomprensiblemente Acapulco no cuenta con un Acuario como corresponde a un destino con litoral marino para exhibir y dar a conocer a los visitantes la vida marina de las diversas especies. Paradójicamente hay acuarios en muchas ciudades que no tienen litoral marino como la capital del país y otros estados. Cierto, ya lo hubo, pero quebró y en verdad era muy pequeño, más bien parecían peceras de centro comercial.

Ahora bien, si las autoridades trabajarán sin mezquindades políticas con la iniciativa privada se podría lograr este tipo de inversión. Desde luego que para que sea un negocio próspero se tendría que trabajar con muchas especies marinas y otros diferenciadores que no tengan los demás acuarios del país. En épocas de baja afluencia turística se podría organizar a bajo costo, visitas guiadas a estudiantes de kínder, primaria y secundaria con pláticas temáticas sobre la vida y conservación de este tipo de especies impartidas por estudiantes de Ecología Marina de la UAGro, como parte del servicio social.

Con esto se logrará además crear conciencia ecológica a las nuevas generaciones y respeto al mar y sus especies. De la misma manera se debe hacer la invitación a los demás municipios del estado y de los Estados circunvecinos para que vinieran a conocer un acuario con la mejor tecnología y especies atractivas como: tiburones, meros, mantarrayas, sierras, pulpos, y peces de colores. La cultura también vende.

Ahí están varios inversionistas que aman al puerto como Juan Antonio Hernández y Carlos Slim. Ellos mejor que nadie saben cómo hacer negocios rentables. Acapulco necesita atracciones para estar vigente.

Mucho se dice por parte de las autoridades estatales y municipales que Acapulco tiene que reposicionarse en el gusto de los turistas nacionales e internacionales y porqué no, de los mismos guerrerenses que voltean los ojos a otros destinos de playa del país y del extranjero.

Acapulco es un destino, que por su cercanía con la CDMX que es el mercado más grande del país, tiene un plus que por lo menos necesita maquillarlo. Cierto, ya no hay Antros como se le llama hoy en día a las otrora Discotecas. Los Restaurantes dan pena ajena con precios altos, una pésima infraestructura, vajillas despostilladas y meseros sin ningún tipo de capacitación. El transporte público es chatarra contaminante por la cantidad de humo que arrojan a su paso. Las playas con escurrimientos de (?), que dan mal aspecto.

Tenemos varios museos que pocos conocen y también zonas con grabados prehispánicos en el olvido por falta de difusión y seguridad. Del parque El Veladero solo queda el nombre porque la mancha urbana ya llegó a la cima de las montañas. El paisaje verde de la selva caducifolia solo la encontramos en las viejas fotos de J.J.Pintos porque los cerros actuales parecen un mazacote gigantesco por las construcciones que se edifican al capricho y ocurrencia de los moradores. Las calles destrozadas y la basura por todos lados.

Sin embargo, incomprensiblemente Acapulco no cuenta con un Acuario como corresponde a un destino con litoral marino para exhibir y dar a conocer a los visitantes la vida marina de las diversas especies. Paradójicamente hay acuarios en muchas ciudades que no tienen litoral marino como la capital del país y otros estados. Cierto, ya lo hubo, pero quebró y en verdad era muy pequeño, más bien parecían peceras de centro comercial.

Ahora bien, si las autoridades trabajarán sin mezquindades políticas con la iniciativa privada se podría lograr este tipo de inversión. Desde luego que para que sea un negocio próspero se tendría que trabajar con muchas especies marinas y otros diferenciadores que no tengan los demás acuarios del país. En épocas de baja afluencia turística se podría organizar a bajo costo, visitas guiadas a estudiantes de kínder, primaria y secundaria con pláticas temáticas sobre la vida y conservación de este tipo de especies impartidas por estudiantes de Ecología Marina de la UAGro, como parte del servicio social.

Con esto se logrará además crear conciencia ecológica a las nuevas generaciones y respeto al mar y sus especies. De la misma manera se debe hacer la invitación a los demás municipios del estado y de los Estados circunvecinos para que vinieran a conocer un acuario con la mejor tecnología y especies atractivas como: tiburones, meros, mantarrayas, sierras, pulpos, y peces de colores. La cultura también vende.

Ahí están varios inversionistas que aman al puerto como Juan Antonio Hernández y Carlos Slim. Ellos mejor que nadie saben cómo hacer negocios rentables. Acapulco necesita atracciones para estar vigente.