/ sábado 18 de junio de 2022

Acapulco al desnudo

Basta una lluvia para que Acapulco muestre su verdadero rostro, el del caos, el desorden, la suciedad, la corrupción y lo que se les ocurra. Parece que no bastó la tragedia del huracán Paulina y las decenas de muertos, daños, pérdidas materiales y ni aun así aprendimos tanto autoridad como los ciudadanos.

Los asentamientos irregulares continúan en zonas de alto riesgo como son los cerros, barrancas, cauces de los ríos y arroyos sin que nadie haga nada. Los habitantes de esos lugares al no tener los servicios públicos arrojan sus desechos a los afluentes fluviales y estos al llegar la lluvia arrastran esa basura hasta la zona baja del puerto: avenida Cuauhtémoc y Costera Miguel Alemán y por supuesto a la playa y el mar.

Por otro lado, la red hidráulica es muy vieja y se quedó obsoleta para la gran cantidad de personas que habitamos el puerto y por ello las grandes inundaciones que se lleva o tapa de lodo a los vehículos. Las calles pésimamente pavimentadas con mezcla pobre de chapopote.

Lodazales, baches y verdaderos socavones que son trampas para peatones y conductores al estar cubierta con el agua de lluvia y no distinguirse. Por último, la canaleta en la avenida escénica que la anterior presidenta del municipio permitió abrir a una compañía de telefonía que nunca tapó correctamente, lo que ocasiona que los vehículos que caen en la misma se muevan sin control poniendo en riesgo a los demás automovilistas.

Otro gran problema son los derrumbes de los cerros sobre todo de la misma avenida antes señalada y por el rumbo a pie de la cuesta. Ojalá que se ponga atención a estos problemas, ya que es la cara que damos a los turistas a quienes les vendemos la idea que somos un destino turístico de primer nivel y al encontrarse esta realidad prefieren no regresar y buscar mejores opciones.

Basta una lluvia para que Acapulco muestre su verdadero rostro, el del caos, el desorden, la suciedad, la corrupción y lo que se les ocurra. Parece que no bastó la tragedia del huracán Paulina y las decenas de muertos, daños, pérdidas materiales y ni aun así aprendimos tanto autoridad como los ciudadanos.

Los asentamientos irregulares continúan en zonas de alto riesgo como son los cerros, barrancas, cauces de los ríos y arroyos sin que nadie haga nada. Los habitantes de esos lugares al no tener los servicios públicos arrojan sus desechos a los afluentes fluviales y estos al llegar la lluvia arrastran esa basura hasta la zona baja del puerto: avenida Cuauhtémoc y Costera Miguel Alemán y por supuesto a la playa y el mar.

Por otro lado, la red hidráulica es muy vieja y se quedó obsoleta para la gran cantidad de personas que habitamos el puerto y por ello las grandes inundaciones que se lleva o tapa de lodo a los vehículos. Las calles pésimamente pavimentadas con mezcla pobre de chapopote.

Lodazales, baches y verdaderos socavones que son trampas para peatones y conductores al estar cubierta con el agua de lluvia y no distinguirse. Por último, la canaleta en la avenida escénica que la anterior presidenta del municipio permitió abrir a una compañía de telefonía que nunca tapó correctamente, lo que ocasiona que los vehículos que caen en la misma se muevan sin control poniendo en riesgo a los demás automovilistas.

Otro gran problema son los derrumbes de los cerros sobre todo de la misma avenida antes señalada y por el rumbo a pie de la cuesta. Ojalá que se ponga atención a estos problemas, ya que es la cara que damos a los turistas a quienes les vendemos la idea que somos un destino turístico de primer nivel y al encontrarse esta realidad prefieren no regresar y buscar mejores opciones.