El título de esta colaboración es solo un número, pero que dice mucho y duele más. El crimen artero en contra de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa aquel negro 26 de septiembre del 2014 aún está en un impasse ya que no se sabe ¿ dónde están ? ¿Si están vivos ? ¿Si están muertos ? ¿Quiénes participaron ? ¿Quién ordeno estos hechos? etcetera.
No se trata de echar culpas a nadie ni señalar sin pruebas. Cierto en el curso del proceso intervino el GIEI ( Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes) quienes siguieron otras líneas de investigación distintas a las oficiales y llegaron a otras conclusiones.
Más aún, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos creó el mecanismo de seguimiento del asunto de Ayotzinapa que al tiempo tendrá que dar una resolución y señalar responsabilidades y sanciones en el ámbito de los tratados internacionales.
La investigación sigue abierta y no hay que olvidar que este triste asunto data de la administración de Enrique Peña Nieto, que heredó un expediente consignado a la actual administración de Andrés Manuel López Obrador.
Quienes conocemos de investigaciones por delitos, sabemos lo difícil que es reconstruir los hechos pasados por la destrucción de evidencias clave y por el ocultamiento de datos por quienes tuvieron en sus manos la investigación en los primeros meses; no digo que sea imposible pero sí bastante difícil.
El actual Presidente y la Presidenta electa se han comprometido a no cerrar el caso y seguir indagando hasta encontrarlos. Lo anterior a sido bien recibido por los padres de los normalistas y hasta por el abogado que los representa.
Las movilizaciones de los estudiantes de la Normal "Raúl Isidro Burgos" (nombre de esa escuela) han sido respetadas aún y cuando se bloqueen las vías de comunicación y se provoquen daños a terceros.
El gobierno estatal por su parte ha sido tolerante e incluso no ha escatimado el apoyo para que cualquier persona que aporte datos que lleven a encontrar a los 43 estudiantes se le otorgue una recompensa de hasta 10 millones de pesos. Dicha oferta se está publicitando en espectaculares con la foto de los jóvenes desaparecidos.
Ojalá y en el ánimo de conciliar, los estudiantes realicen sus mítines sin dañar a la ciudadanía que está con los padres en su dolor . Nadie puede decir que no sea legítimo el reclamo de los familiares y es hasta bien visto por la población. Dios quiera que en lo que queda del sexenio o en el siguiente se resuelva este caso.