Pasadas las 15 horas, el comandante de la Sedena dio al Presidente y sus invitados el parte del desfile: “¡Sin novedad!”, Dijo levantando la voz para ufanarse del resultado en el que por primera vez en la historia de este evento participaron, además de la Bandera de México, 13 Banderas más representantes de países que participarían en la Cumbre de la CELAC.
Sin embargo el resultado que arrojó el desfile no coincide con el parte que aprendimos las y los espectadores de una ceremonia que estaba lejos de generar confianza en la conmemoración del 211 Aniversario del inicio de la Gesta Heroica por la Independencia de esta Nación.
Baste recordar las palabras del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que mostró la ruta de su gobierno.
"Recordamos esa gran gesta histórica y la celebramos con la participación del presidente de la república de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien representa a un pueblo que ha sabido como pocos en el mundo defender con dignidad su derecho a vivir libres e independientes, sin permitir la injerencia en sus asuntos internos de ninguna potencia extranjera ".
Y la respuesta que es un acto de respaldo para lo que se ofrezca: "Estamos enfrentando una agresiva campaña de odio. Cuba recordará siempre sus expresiones de apoyo, su permanente reclamo para el levantamiento del bloqueo ", dijo Miguel Díaz-Canel, Presidente de Cuba.
Pero si esto ya despertaba inquietud en el pensamiento de ciudadanos que le apuestan a la construcción de gobiernos a partir de la democracia, dejó de ser una reflexión meramente del país para pasar por el tamiz de la observación desde fuera en la Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
En la voz del Presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez se escuchó lo siguiente: “Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia, representa un reconocimiento al Gobierno del Señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi Gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente ”.
No sería el único, en la misma CELAC, realizada en nuestro país, el Presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou Dijera “con esta voz, tranquila pero firme, debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela ”.
La respuesta del Presidente Nicolás Maduro a ambos Mandatarios fue rápida “Ponga fecha, lugar y hora para un debate sobre la democracia”. Es decir, palabras, sin elecciones.
No, no es un asunto de miopía ni de ingenuidad. La celebración del 15 y 16 de septiembre tuvo mensajes claros de la ruta a la que quiere dirigir al país López Obrador, donde su expresión de 62 años es el mínimo que desea instaurar, y donde los señalamientos formulados contra Hidalgo fue un baño público para mostrarse señalado porque encabeza lo que la conductora oficial retomó en lo que parece el cambio del Grito de la Independencia, por el Grito de la Libertad y la Justicia.
Sin duda alguna ahora sí hay de que preocuparse porque el parte del desfile solo parece lo que en realidad quisieron mostrarnos, con ejércitos de otros países para que se nos haga natural también su presencia en suelo mexicano. ¿Pecado novedad? Señor presidente. Sin duda no, ¿Surrealismo?
